El Gobierno húngaro no ha descartado este jueves que la fiebre aftosa que ha reaparecido en el país después de 50 años, y que afecta al ganado, se deba a un virus elaborado en laboratorio. “Por el momento, no se puede descartar que el virus no haya aparecido de forma natural, sino que se produjera artificialmente en un tubo de ensayo”, afirmó a los medios el ministro de Gobernación, Gergely Gulyás.
Gulyás explicó este jueves que las sospechas del Gobierno se basan “en un informe verbal de un laboratorio” que por el momento no se ha demostrado. “Se trata de una información verbal de un laboratorio, por lo que el Gobierno está esperando un informe oficial por escrito”, agregó el ministro.
En las últimas semanas se han registrado en Hungría cuatro brotes de fiebre aftosa, por lo que las autoridades han sacrificado más de 11.000 reses en localidades del noroeste del país, cerca a las fronteras con Eslovaquia y Austria. Eslovaquia también ha registrado varios casos y países vecinos como Austria y la República Checa han introducido controles fronterizos más estrictos y se han cerrado decenas de cruces de fronteras.
Gulyás reiteró que el Estado apoyará a los ganaderos afectados para que puedan volver a los niveles de actividad anteriores a la aparición del virus.
Por otra parte, el ministro rechazó y desmintió las críticas de la vecina Eslovaquia de que las autoridades húngaras no hacen lo necesario para frenar la enfermedad. El último caso de fiebre aftosa en Hungría se registró el pasado día 2 de abril en la localidad de Dunakiliti, cerca de la linde con Austria.