Las autoridades de la provincia de Guangdong, en el sur de China, han restablecido tácticas de contención y bloqueo al estilo Covid para frenar un brote importante del virus Chikungunya transmitido por mosquitos, que ya ha infectado a miles de personas.
El brote se centra en Foshan, una ciudad a 170 kilómetros al norte de Hong Kong, donde se han producido más de la mitad de los casi 8.000 casos notificados.
El virus suele causar fiebre repentina, sarpullido y dolor articular intenso, que puede ser debilitante y, en ocasiones, prolongado. Si bien rara vez es mortal, los síntomas pueden afectar gravemente la calidad de vida. A diferencia de la COVID-19, que comenzó en 2019 y causó más de 7 millones de muertes en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud, el chikunguña no se transmite directamente de persona a persona.
Las personas infectadas se encuentran en cuarentena en salas de aislamiento especiales u hospitales, según las autoridades locales. Deben permanecer en camas protegidas con mosquiteros para evitar que los mosquitos piquen a los pacientes y propaguen el virus.
Las autoridades locales han lanzado una agresiva campaña antimosquitos, ordenando a los residentes eliminar todas las fuentes de agua estancada dentro y alrededor de sus viviendas. Los trabajadores comunitarios realizan inspecciones puerta a puerta, y quienes incumplan esta normativa se enfrentan a multas de hasta 10.000 yuanes (1.400 dólares) o incluso a cargos penales por obstruir las labores de salud pública.
Fotos y videos compartidos en redes sociales muestran calles vacías y cubiertas de niebla, mientras se rocía insecticida para controlar las poblaciones de mosquitos. Se han desplegado drones para identificar posibles criaderos, y las autoridades han introducido mosquitos elefantes,una especie inofensiva cuyas larvas se alimentan de mosquitos portadores de virus, en el ecosistema local.
Además, se han liberado miles de peces que se alimentan de mosquitos en estanques y cuerpos de agua estancada de toda la ciudad. Guangdong también ha implementado el registro de nombres reales para la compra de medicamentos relacionados con los síntomas del virus, con el objetivo de rastrear y gestionar los casos de forma más eficaz.
El chikunguña se identificó por primera vez en Tanzania en la década de 1950 y desde entonces ha causado brotes en Asia, África, América y Europa.