Nigel Farage, el líder del partido Reform UK, que fue uno de los mayores defensores del Brexit y de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, será puesto a prueba en las elecciones locales del país el jueves.
El Partido Reformista actualmente ocupa cuatro de los 650 escaños de la Cámara de los Comunes y recibió el 14% de los votos en las elecciones nacionales del año pasado.
Sin embargo, según algunas encuestas, su apoyo ahora iguala o supera al del gobernante Partido Laborista y al de la oposición Conservadora.
“Pretendemos cambiar por completo la historia británica y ganarla”, declaró Farage, destacando su objetivo de triunfar en las próximas elecciones nacionales del Reino Unido, previstas para agosto de 2029.
Las políticas de Farage causan preocupación
Farage se presentó ocho veces a las elecciones a la Cámara de los Comunes y perdió todos sus intentos hasta que fue elegido diputado por el distrito electoral de Clacton en 2024.
Las políticas del Partido Reformista combinan las posturas políticas de larga data de Farage (fronteras fuertes, limitación de la inmigración) con aquellas que recuerdan a la administración del presidente estadounidense Donald Trump.
Inspirado por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) liderado por Elon Musk, Farage ha dicho que le gustaría implementar “un DOGE para cada condado” en el Reino Unido.
“Traes a los auditores, descubres por qué se gasta todo ese dinero en consultores y trabajadores temporales, acabas con el teletrabajo… ¡boom!, se acabó”, dijo Farage.
El Partido Reformista atrae a muchos votantes de clase trabajadora que alguna vez apoyaron al Partido Laborista, pero también a los conservadores sociales que desde hace mucho tiempo se han sentido atraídos por los conservadores.
Aunque algunos conservadores ya están sugiriendo un pacto electoral entre los dos partidos de la derecha para las próximas elecciones nacionales, Farage se ha reído de la idea, afirmando que el Partido Conservador “será tan pequeño para entonces que no importará”.
Pero el ascenso del reformismo preocupa tanto a los laboristas como a los conservadores.
Tim Bale, profesor de política en la Universidad Queen Mary de Londres, dijo que un fuerte resultado del partido de Farage el jueves podría asustar tanto al Partido Laborista como a los Conservadores y hacerlos endurecer su postura sobre inmigración y otros temas para tratar de “volverse reformistas”.
Dijo que eso sería un error.
“Si observamos toda Europa, la idea de que la mejor manera de combatir estas insurgencias de la derecha radical es copiar algunas de sus políticas y parte de su retórica no se corresponde con la realidad”, dijo Bale. “Si se le presenta a la gente una copia, tienden a preferir el original”.
Un político divisivo
Algunos pueden considerar a Farage como el mayor activo de Reform, pero sus posturas también han generado controversia.
Los críticos acusan a Farage de avivar las tensiones al sugerir erróneamente que la policía estaba ocultando información sobre un ataque con apuñalamiento en una clase de baile que dejó tres niños muertos en julio.
Las afirmaciones falsas de que el atacante era un solicitante de asilo provocaron días de disturbios en toda Inglaterra.
También ha adoptado posturas firmes contra la inmigración, afirmando que muchos inmigrantes llegan al Reino Unido desde culturas “ajenas a la nuestra”.
Además, Reform se ha visto afectada por algunas de las luchas internas asociadas con los partidos que Farage dirigía anteriormente, el UKIP y el Partido del Brexit. Sin embargo, desde entonces ha buscado convertirse en una organización más eficiente y profesional.
El estatus de Farage como el partidario más destacado de Trump en el Reino Unido también podría afectar su posición en las encuestas, dado que sugieren que el presidente estadounidense es ampliamente impopular en Gran Bretaña.
Como tal, Farage ha buscado distanciarse de algunas de las políticas de Trump, incluidos los aranceles comerciales y las conversaciones sobre que Estados Unidos convierta a Canadá en su 51.º estado.