El líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Alemania, Friedrich Merz, hizo el jueves concesiones al Partido Verde con la esperanza de que éste le aportara votos cruciales para su programa de gastos multimillonario.
Merz y la CDU, junto con su posible socio de coalición, el Partido Socialdemócrata (SPD), dieron a conocer la semana pasada sus planes para levantar el “freno de la deuda” alemán, incluido en la Constitución alemana en 2009, en pleno auge de la crisis financiera mundial. Este freno limita severamente la capacidad del gobierno para obtener nuevos préstamos.
A lo largo de los años, las estrictas normas fiscales del país han generado problemas a los sucesivos gobiernos en su intento de recaudar fondos para responder a las crisis. Se suspendió en 2020 mientras el estado intentaba lidiar con la pandemia de COVID-19, y en 2024, una disputa sobre su reforma provocó la ruptura de la coalición gobernante tripartita.
La semana pasada, la CDU y el SPD propusieron eximir del freno de la deuda los gastos de defensa que superen el 1% del PIB alemán, lo que actualmente fija el déficit estructural en un máximo del 0,35% del PIB del país.
La propuesta también crearía un fondo de 500.000 millones de euros para invertir en la deteriorada infraestructura de Alemania durante la próxima década, además de relajar las normas de endeudamiento para los dieciséis estados federados de Alemania.
Pero Los Verdes, que desde hace tiempo abogan por la reforma del freno de la deuda, ahora se oponen a Merz. Si bien el partido apoya la modificación del freno de la deuda, argumenta que las propuestas sobre la mesa no abordan la necesidad de invertir en la transición energética de Alemania.
Los Verdes han presentado su propio proyecto de ley, que amplía la definición de “defensa” y utiliza más fondos del presupuesto actual del gobierno.
Merz intenta apaciguar a los Verdes
El jueves, Merz y el SPD intentaron apaciguar a los Verdes ofreciendo desviar 50.000 millones de euros de los fondos especiales al Fondo de Transformación Climática, un presupuesto federal plurianual creado para financiar medidas políticas de transición climática y energética.
Merz también admitió que el alcance del gasto de defensa se ampliaría para incluir el gasto en defensa civil y en inteligencia.
¿Qué más quieres de nosotros en tan poco tiempo? —preguntó Merz.
Sin embargo, los Verdes se mantuvieron firmes en sus críticas, y la líder del grupo parlamentario del partido, Katharina Dröge, argumentó el jueves que “transferir miles de millones” de un fondo a otro no debería ser el propósito del proyecto de ley y argumentó que se debería agregar la palabra “adicional” a la propuesta.
El partido advierte que teme que sin garantías como la inclusión de la palabra “adicional”, el dinero recaudado mediante la propuesta simplemente se utilizará para cumplir las promesas de campaña de la CDU y el SPD.
Merz y el SPD dependen en gran medida de los votos de los Verdes para aprobar la propuesta en el antiguo parlamento del país, ya que ajustar el freno de la deuda requiere una mayoría de votos de dos tercios del parlamento.
La nueva composición del Bundestag, que se reunirá el 25 de marzo, significaría que sin los Verdes a bordo, Merz necesitaría los votos de Alternativa para Alemania (AfD) y La Izquierda para impulsar la medida.
Pero ambos partidos se opusieron tanto a la propuesta de freno a la deuda que presentaron demandas urgentes ante el Tribunal Constitucional del país para impedir que se celebrara el debate.
Apoyo experto, pero desafíos por delante
El ajuste del freno de la deuda cuenta con la aprobación general de los economistas del país, aunque los desacuerdos radican principalmente en la redacción de las propuestas del gobierno.
Jens Südekum, que junto con otros tres economistas elaboró la propuesta en la que se basan los planes de la CDU y el SPD, explicó que falta la palabra “adicionalidad” para dar más solidez a las propuestas.
“Debemos asegurarnos de que, si implementamos esta reforma para la reducción de la deuda, el dinero adicional se destine únicamente al ejército y a la infraestructura”, declaró Südekum a Euronews. “Debemos comprometernos firmemente a decir: Bien, todo el dinero se destina adicionalmente a infraestructura, inversión y al ejército”.
La influyente economista Veronika Grimm, del Consejo Alemán de Expertos Económicos, también expresó su preocupación por las propuestas, diciendo a los medios nacionales que el problema con las medidas está en su “diseño”.
“Existe el riesgo de que sus efectos negativos superen a los positivos, contrarrestando así el efecto deseado”, escribió Grimm en una carta abierta a la comisión de presupuestos del Bundestag.
Südekum dijo a Euronews que, aunque los Verdes están causando problemas a Merz y al SPD, la mayor catástrofe seguiría siendo que no se acordara ningún paquete de medidas ni ningún ajuste.
“Nosotros (Alemania) llevamos cinco años estancados. Nos estamos adentrando en guerras arancelarias sucias con Estados Unidos, en tensiones geopolíticas, y Donald Trump no negocia con perdedores. Por lo tanto, solo podemos sacar adelante nuestros intereses si negociamos desde una posición de fortaleza económica”, dijo Südekum.
“El mundo está mirando”, dijo Merz el jueves, mientras el reloj avanzaba y los Verdes no mostraban señales de alinearse con el proyecto de ley.
Tiene previstos varios días de negociaciones con los Verdes para conseguir que el partido apoye sus propuestas antes de la votación del 18 de marzo.
El proyecto de ley también debe aprobarse en el Bundesrat, la cámara alta de Alemania, que representa a los gobiernos de los 16 estados federados. Allí, la CDU, el SPD y los Verdes necesitarían el respaldo de un partido más para su aprobación.