Bosch, el mayor proveedor automotriz del mundo por ingresos, está planeando recortes de empleo adicionales en varias ubicaciones en medio del estancamiento de las ventas globales y la profundización de la desaceleración de la economía alemana, informó Stuttgarter Zeitung.
Aunque todavía no se ha anunciado el número exacto de despidos, la medida anunciada se sumará a una serie de reducciones de personal por parte de la empresa. En noviembre, el grupo con sede en Stuttgart anunció planes para eliminar 5.500 puestos de trabajo en los próximos años.
El director general de Bosch, Stefan Hartung, atribuyó la decisión a la lentitud de la economía mundial, al estancamiento del sector automovilístico, así como a la creciente competencia de China y a la incertidumbre de los consumidores. La industria también se enfrenta a una transición más lenta de lo esperado hacia los vehículos eléctricos.
“No podremos evitar más recortes de empleo”, dijo al medio el domingo.
Hartung también citó el cambio de los motores de combustión a los motores eléctricos, destacando que inevitablemente resultará en pérdidas significativas de empleos.
Hartung señaló que la adopción más lenta de lo esperado de la movilidad eléctrica también podría permitir que la producción actual de motores de combustión continúe funcionando a plena capacidad durante más tiempo del esperado. Muchos empleados llegarán a la jubilación antes de que sus puestos se eliminen gradualmente debido a la transición, agregó.
En los últimos dos años, Bosch ha anunciado repetidamente planes de recorte de empleos, advirtiendo el año pasado que hasta 10.000 puestos podrían estar en riesgo.
Las estimaciones preliminares mostraron que las ganancias de la compañía antes de intereses e impuestos (EBIT) cayeron en un tercio a 3.200 millones de euros el año pasado, dijo el medio.
Los recortes de personal previstos por la empresa son la última señal de la creciente tensión sobre la industria automovilística alemana.
El debilitado sector automovilístico alemán ha suscitado inquietudes sobre la estabilidad de la mayor economía manufacturera de la UE. El aumento de los costes ha provocado cierres y quiebras, incluso de importantes empresas como Volkswagen.
A principios de este año, el Instituto de Investigación Handelsblatt (HRI) advirtió que la economía alemana está en camino de sufrir su recesión más prolongada desde la guerra, con un tercer año consecutivo de contracción proyectado para 2025.