Cada año, miles de agricultores se reúnen en París para una de las ferias agrícolas más grandes de Europa, que exhibe ganado, productos y herramientas.
No se trata solo de una oportunidad para destacar el trabajo de los agricultores franceses, sino también de un foro en el que pueden expresar sus preocupaciones. Una de las principales preocupaciones y los mayores desafíos a los que se enfrenta el sector gira en torno a quiénes formarán parte de la próxima generación de agricultores.
La profesión está a punto de sufrir un importante cambio generacional: por cada agricultor que se instala, tres abandonan el sector. La fuerza laboral envejece rápidamente y la mitad de los 400.000 agricultores franceses se jubilarán en 2030.
En el marco del Salón Internacional de Agricultura de París, que se celebra hasta el domingo, se estaba celebrando un concurso de manejo de ovejas cuando Euronews visitó la feria. Estudiantes de toda Francia estaban allí para participar o para ayudar en la organización del concurso.
Jazon, un estudiante de agricultura de 20 años, dijo a Euronews que inicialmente soñaba con convertirse en agricultor, hasta que se enfrentó a la dura realidad del trabajo.
“Durante mi formación técnica, en un momento dado, tuve la idea de establecerme como agricultor”, explica. “Hice mi aprendizaje en una granja donde podría haberme asociado con mi jefe, pero… era demasiado exigente, había demasiados problemas y demasiado trabajo”.
Cada año, 10.000 granjas cierran en Francia por falta de compradores.
“Mi antiguo jefe no tenía compradores y decidió vender su finca. Es una profesión muy complicada”, suspiró Jazon.
Optimismo a pesar de la crisis agrícola
Muchos agricultores en Francia se sienten exasperados por los bajos precios de los productos, las fuertes regulaciones y la competencia global.
Esto es una preocupación para muchos estudiantes de la escuela agrícola de Jason, dijo su maestro.
“Cuando uno se hace cargo de una explotación agrícola, si tiene que adquirir el capital de la misma, tiene que invertir mucho. Es un préstamo a 25 o 30 años. A veces los bancos no te apoyan”, explica Sévérine Cassel, coordinadora de formación en un instituto agrícola del sur de Francia.
“Además, está la presión del trabajo, se trabaja mucho. Y eso puede desmoralizar a los jóvenes que quieren tener una familia y una vida fuera del campo”, añadió.
Pero otros estudiantes, como Lucie, de 20 años, no se desaniman por los bajos salarios y las largas horas de trabajo. A ella le gustaría hacerse cargo de la granja de ovejas y ganado de su padre.
“Los desafíos definitivamente te hacen reconsiderar, eso es seguro… Pero me digo a mí misma que como me apasiona, eso no me va a detener”, afirmó.
Uno de cada cinco agricultores vive por debajo del umbral de pobreza en Francia y depende en gran medida de los subsidios gubernamentales para sobrevivir.
En 2022, los agricultores trabajaron una media de 15 horas más por semana que la población general, según las estadísticas del gobierno francés.
Pero Cassel, la profesora, dijo que se niega a tener una visión negativa a pesar de la actual crisis agrícola que enfrenta el país.
“Creo que tenemos que ser positivos. Estos jóvenes tienen muchas ideas brillantes y harán que las cosas sucedan. Tengo confianza”, afirmó.