Un paro de transportistas al que se sumaron pequeños empresarios tuvo hoy un inicio pacífico en Perú, en medio de un despliegue de 13 mil policías respaldados por fuerzas militares y carros blindados.
La reducción del servicio de transporte urbano se hizo sentir en Lima, junto a la menor afluencia de público a las paradas, en parte motivada por la orientación oficial de tolerancia de retrasos de hasta cuatro horas en el ingreso a laborar, y a priorizar el tele-trabajo, y al dictado de clases escolares y universitarias a distancia.
A la jornada de protesta se sumaron bodegueros, boticarios, comerciantes de mercados de abastos y centros comerciales populares, congregados por el objetivo de la protesta de mayor seguridad ciudadana frente al agobio de las extorsiones masivas y su correlato de asesinatos por sicarios.
En la tercera paralización desde septiembre último, además de los servicios de autobuses de rutas exclusivas y el Tren Eléctrico, trabajaron pequeñas unidades informales y taxis-colectivos que cobraron precios extras ante la evidente merma de la oferta de transporte.
Las grandes rutas que recorren los barrios populares de los lados norte, sur y este de la ciudad, así como las avenidas de la zona central, registraron un notable descenso del tráfico de vehículos.
Mientras tanto, sobre todo en los barrios populares, los mercados cerraron y sus comerciantes alentaron el paro, convocado a nivel nacional, con plantones, mostrando carteles que pedían la defensa de la vida frente al desborde de la criminalidad.
También los vecinos de esas zonas se reunieron en puntos de preconcentración para marchar hasta el centro de la ciudad, a fin de protestar ante el Parlamento, cuestionado por aprobar normas que, según juristas y expertos de seguridad, pueden favorecer a las. Organizaciones delictivas.
Ante la escasez de transporte, autobuses de la Policía trasladaron gratuitamente pasajeros en algunas zonas de la ciudad.
El despliegue militar y policial -que incluyó el traslado temporal de policías del interior del país a Lima- tuvo carácter preventivo, según el director de Tránsito Seguridad Vial de la Policía Nacional, general Iván Liccetti, con el fin de resguardar a los autobuses que operaban y al público.
En medio de ese panorama, la presidenta Dina Boluarte asistió a un acto de entrega de equipos de protección para los bomberos y, sobre el paro, al que minimizó ayer y vinculó a intereses políticos, dijo que se solidariza con los transportistas víctimas de la delincuencia.
La mandataria, en la víspera, ratificó al ministro del Interior, Juan José Santiváñez, pese a múltiples demandas de su relevo por parte de quienes consideran que ha fracasado en la lucha contra la criminalidad, criterio que Boluarte no comparte.