Thursday, December 5, 2024
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Israel arrodilla a Hezbolá, provoca un vacío en Líbano y amplía su ‘operación Nuevo Orden’ hasta Yemen

Israel no ha cejado en su empeño por desmantelar la cúpula de la milicia chií Hezbolá con una oleada de ataques sin precedentes que ha continuado este domingo en los suburbios al sur de Beirut, la capital del Líbano, así como en otros puntos del país, lo que ha provocado ya un millón de desplazados internos en apenas una semana, más de mil muertos y otros 6.000 heridos, según el último balance de las autoridades libanesas.

La imagen más impactante de los bombardeos se encuentra precisamente en la zona sur de Beirut, donde el viernes tuvo lugar el golpe más letal de Israel que acabó con la vida del líder de Hezbolá, Hasan Nasrala, y más de una veintena de miembros “de diverso rango”. El Ejército de Israel reveló este domingo algunos nombres, como el del histórico comandante Ali Karaki, que lideraba las operaciones del grupo en el sur del Líbano desde 1982.

A Nasrala supuestamente lo reemplazaria su primo materno, el jefe del Consejo Ejecutivo de Hezbolá, el clérigo Hashem Safi al Din, elegido ayer secretario general del movimiento político y armado de la organización, informó el medio árabe Al Arabiya pero fue desmentido por el grupo Hezbolá

Incluyendo a Nasrala, el Ejército israelí se ha jactado de terminar con al menos ocho principales comandantes militares de la milicia libanesa, como Karaki o el comandante Nabil Qaouk, que murió en otro ataque el sábado en los suburbios de Beirut.

En la zona cero, al sur de la capital libanesa, los cráteres de las 80 bombas lanzadas para matar a Nasrala son solo la huella de lo que Israel ha denominado ‘Operación Nuevo Orden’, con la que han logrado menguar la cúspide de Hezbolá. La ofensiva israelí se ha extendido este domingo a los hutíes del Yemen, otro de los grupos que forman parte del denominado ‘Eje de la resistencia’ que capitanea Irán.

El régimen de Teherán, por su parte, también ha confirmado este domingo que en el bombardeo del viernes se encontraba junto a Nasrala el general de brigada de la Guardia Revolucionaria iraní Abbas Nilforushan, que ha corrido la misma suerte que el líder de Hezbolá. El ministro Exteriores iraní, Abás Araqchí, reaccionó a la muerte de este general de forma contundente: “Sin duda, este horrible crimen del régimen agresor sionista nunca quedará sin respuesta”. Además, advirtió de que “todas las posibilidades están abiertas” en el conflicto con Israel, incluso la de la guerra.

La advertencia de Araqchí ha sido la más dura pronunciada hasta la fecha por una autoridad iraní. Hasta este momento, se habían mantenido con cierta cautela, sin abogar por una respuesta directa de Teherán contra Israel.

Estados Unidos, que ha aplaudido la muerte del jefe de Hezbolá, ya ha anunciado que tomará “medidas” si Irán amenaza sus intereses en Oriente Medio. A través de un comunicado, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, ha anunciado que van a “reforzar más” sus capacidades de defensa aérea en la región “en los próximos días” y tiene preparadas tropas “adicionales” para desplegarlas por si tiene que responder a “varias contingencias”.

Para el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el ataque contra la cúpula de Hezbolá ha propiciado un “nuevo equilibrio de poder” en la región que podría permitir la construcción de “nuevas alianzas”. Sin embargo, ha advertido de que “aún hay por delante días difíciles” porque “incluso ahora no debemos olvidar que seguimos estando en medio de una guerra difícil, con costes altos, y por eso es necesaria la cohesión en nuestras filas como condición necesaria”, ha dicho este domingo en rueda de prensa.

“Operación a gran escala” en Yemen

Con la cúpula de Hezbolá prácticamente descabezada, Israel ha abierto otro frente con los hutíes del Yemen. Sus Fuerzas Armadas han lanzado allí este domingo una “operación aérea a gran escala” a unos 1.800 kilómetros de las fronteras israelíes.

Decenas de aviones de combate, con el apoyo de aviones de reabastecimiento y de espionaje, han atacado “objetivos militares del régimen terrorista hutí” en las regiones de Ras Issa y Hodeida, que en la práctica ha supuesto el ataque de centrales eléctricas y un puerto marítimo que los hutíes utilizan para importar petróleo. “A través de las infraestructuras y puertos atacados, el régimen hutí introduce en la región armamento iraní y suministros para las necesidades militares y, por tanto, también petróleo”, han explicado los israelíes en un comunicado.

Esta ofensiva ha tenido lugar un día después de que los insurgentes chiíes reivindicaran el lanzamiento de un misil balístico contra el aeropuerto Ben Gurion de Tel Aviv, donde Netanyahu debía aterrizar de su viaje a la Asamblea de la ONU, en Nueva York. Según el Ejército, fue interceptado fuera de las fronteras de Israel.

El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, ha supervisado desde la sala de control de la fuerza aérea esta operación contra los hutíes, ejecutada en “respuesta a los últimos ataques llevados a cabo por el régimen hutí contra el Estado de Israel”. Para Gallant, “el mensaje está claro: para nosotros, ningún lugar está demasiado lejos”, ha sentenciado.

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