El jefe de la OTAN, Jens Stoltenberg, propuso esta semana un paquete quinquenal de ayuda militar a Ucrania por valor de 100.000 millones de euros que daría a la alianza occidental un papel más directo en la prestación de apoyo a Kiev.
Según el plan, la OTAN, que el jueves celebró su 75º aniversario, asumiría parte del trabajo de coordinación de una coalición ad hoc encabezada por Estados Unidos conocida como el grupo Ramstein, una medida diseñada en parte para protegerse contra cualquier recorte en el apoyo estadounidense si Donald Trump regresa a la Casa Blanca, dijeron diplomáticos.
Se espera que la propuesta esté finalizada a tiempo para una cumbre de la OTAN en Washington en julio.
Hasta ahora, la OTAN como organización se ha limitado a brindar ayuda no letal a Ucrania por temor a que un papel más directo pueda desencadenar una escalada de tensiones con Rusia. La mayoría de sus miembros suministran armas a Ucrania de forma bilateral.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, firmó esta semana un proyecto de ley para reducir la edad de movilización para el servicio de combate de 27 a 25 años, una medida que debería ayudar a Ucrania a generar más poder de combate en su guerra con Rusia.
La medida amplía el número de civiles que el ejército puede movilizar en sus filas para luchar bajo la ley marcial, que ha estado en vigor desde que Rusia lanzó su invasión a gran escala en febrero de 2022.
El proyecto de ley había estado sobre la mesa de Zelensky desde que fue aprobado por los legisladores en mayo de 2023, y no quedó claro de inmediato qué lo impulsó a firmarlo. El Parlamento lleva meses debatiendo un proyecto de ley separado para endurecer ampliamente el proyecto de normas.
Ucrania se atribuyó el martes la responsabilidad de un ataque con aviones no tripulados en la región rusa de Tartaristán, a más de 1.300 kilómetros de la frontera entre Ucrania y Rusia.
Los ataques, en los que resultaron heridas 12 personas, son los más profundos en territorio ruso desde el inicio de la guerra.
Las autoridades locales dijeron que los ataques alcanzaron la ciudad de Yelabuga, donde se cree que se producen drones, y una refinería de petróleo en la cercana Nizhnekamsk.
El líder regional de Tartaristán, Rustam Minnikhanov, dijo que los drones no causaron daños “graves” a la infraestructura en ninguno de los lugares y que las operaciones de producción no se vieron afectadas.
Sin embargo, la inteligencia militar de Ucrania dijo que el ataque en Yelabuga “causó una destrucción significativa de las instalaciones de producción”.