Las deliberaciones informadas sobre los envíos se producen mientras Jerusalén Occidental dice que está preparando una nueva ofensiva en Gaza.
La administración del presidente estadounidense Joe Biden se está preparando para transferir un lote de bombas y otros equipos militares por valor de decenas de millones de dólares a Israel en medio de su conflicto con Hamás, informó el viernes el Wall Street Journal citando fuentes.
Según funcionarios estadounidenses actuales y anteriores entrevistados por el periódico, la posible entrega podría incluir alrededor de 1.000 bombas MK-82 de 500 libras, kits de guía de precisión para las bombas, así como espoletas. Según se informa, las autoridades aún están revisando el envío y los términos podrían cambiar. La transferencia también tendría que ser aprobada por el Congreso.
Según se informa, una evaluación redactada por la Embajada de Estados Unidos en Israel decía que Jerusalén Occidental había pedido el traslado rápido para defenderse de “amenazas regionales continuas y emergentes”.
Si bien el ataque de Israel contra Gaza en los últimos meses ha traído una destrucción sin precedentes al enclave palestino, el documento decía, citado por el WSJ, que “Israel toma medidas efectivas para prevenir graves violaciones de los derechos humanos”, y agrega que el país siempre ha sido ” un socio transparente en las investigaciones estadounidenses sobre acusaciones de uso indebido de artículos de defensa”.
Estados Unidos se apresuró a suministrar equipo militar a Israel después de que Hamás lanzara un ataque sorpresa contra el país el 7 de octubre. En un momento de diciembre, la administración Biden pasó por alto al Congreso para aprobar una venta de emergencia de alrededor de 14.000 proyectiles de munición para tanques a Israel.
También ha habido informes en los medios de comunicación de que algunos de los suministros militares estadounidenses recibidos por Israel estaban originalmente destinados a Kiev, que ahora se queja de escasez de municiones.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, dijo el viernes que el país está planeando una ofensiva militar en Rafah, en la parte sur del enclave. Biden, sin embargo, advirtió a Israel que no lanzara una operación sin un “plan creíble y ejecutable” para proteger a los cientos de miles de civiles en la zona.
Las hostilidades entre Hamás e Israel se han cobrado hasta ahora la vida de unos 1.200 israelíes y casi 29.000 palestinos. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha insistido en que la paz en la región sólo podrá lograrse después de que el grupo armado sea destruido y la sociedad palestina esté “desradicalizada”. También ha rechazado un posible acuerdo de paz que implicaría el “reconocimiento unilateral de un Estado palestino”.