Numerosos líderes mundiales y más de 250.000 personas asistirán este domingo a la ceremonia de investidura del Papa León XIV, el primer Papa estadounidense en la historia del catolicismo.
Así comenzará la nueva era leonina que clausurará oficialmente el pontificado del Papa Francisco.
Gracias a su elección de nombre pontificio y a su formación matemática y jurídica, el Papa León XIV ha despertado esperanza y curiosidad sobre las influencias que la Iglesia católica podría ejercer en el mundo económico durante su pontificado, entre los fieles pero también en el mundo más secular.
Para muchos observadores y expertos en asuntos vaticanos, León XIV podría aportar orden doctrinal a los estallidos de su predecesor Francisco contra la pobreza, fruto de la injusticia social y la devastación medioambiental.
Como dijo el Santo Padre en su primer discurso al Colegio Cardenalicio el sábado 10 de mayo:
“Pensé en tomar el nombre de León XIV por varias razones, pero principalmente por el Papa León XIII, quien, con su histórica encíclica Rerum Novarum, abordó la cuestión social en el contexto de la primera gran revolución industrial”.
La encíclica Rerum Novarum (Sobre las cosas nuevas) fue promulgada por el Papa León XIII en 1891. Los historiadores la consideran el primer paso de la Iglesia hacia la modernidad.
Con la Rerum Novarum, la Iglesia reivindicó derechos para los trabajadores sin recurrir a la lucha de clases que promovía la doctrina marxista, sino a través del equilibrio de salarios justos y relaciones económicas igualitarias.
Rerum Novarum sentó las bases de la Doctrina Social de la Iglesia que inspiró el sindicalismo católico y unos treinta años más tarde la creación de los partidos democristianos que contribuyeron decisivamente a la reconstrucción civil y material de Europa después de la Segunda Guerra Mundial.
La Doctrina Social de la Iglesia
Para Ettore Gotti Tedeschi, banquero y ex presidente del Instituto para las Obras de Religión (IOR), la gran institución financiera vaticana, León XIII fue “un Papa profético” porque el debate sobre la preparación de la nueva encíclica, iniciado algunos años antes, condicionó las ideas de las potencias económicas de la Belle Époque, especialmente de los jóvenes Estados Unidos en pleno crecimiento.
Gotti Tedeschi añade: “El Papa León XIII cuestionó las concentraciones de poder económico industrial y fue inmediatamente atacado (por los sectores políticos y religiosos que apoyaban un capitalismo naciente y desregulado) pero después de seis meses Estados Unidos aprobó la Ley Sherman sobre monopolios y elaboró las bases de las agencias antimonopolio para regular la competencia”.
La Ley Sherman fue aprobada por la administración estadounidense en 1890 para frenar el poder de los cárteles que habían creado un régimen casi monopólico con graves repercusiones sociales.
Hoy la Iglesia pone a disposición de todos su patrimonio de doctrina social para responder a otra revolución industrial y a los avances en inteligencia artificial que plantean nuevos desafíos para la defensa de la dignidad humana, la justicia y el trabajo, recordó el nuevo Papa a los cardenales en su reciente discurso.
La Unión Europea y los poderes públicos de nuestro tiempo se miden en función de las posiciones dominantes de las grandes empresas tecnológicas estadounidenses, las llamadas Big Tech, mientras que los datos económicos muestran crecientes crisis económicas y desequilibrios entre los ingresos medios y el coste de la vida en ambas orillas del Atlántico.
Si la cuestión de una nueva Doctrina Social de la Iglesia ha sido aclarada por las palabras del mismo Pontífice, todavía no está claro cómo el nuevo Papa emprenderá la acción evangelizadora necesaria para persuadir a los principales actores económicos y políticos del valor de los contenidos de una nueva encíclica sobre los deberes sociales del capital.
¿Una nueva obra misionera en las finanzas y la alta tecnología?
¿Tendrá que enfrentarse el nuevo pontífice a los grandes oligarcas como lo hicieron los Padres de la Iglesia con los príncipes y gobernantes paganos en los primeros siglos del cristianismo?
Para Ettore Gotti Tedeschi, “la evangelización en el mundo de las finanzas parece tan indiferente o incluso necesita que se le expliquen ciertos valores. Necesitamos releer la Caritas in Veritate de Benedicto XVI, la encíclica de la globalización y el progreso tecnológico”, redactada y modificada durante la crisis de la deuda que sacudió a Europa y Estados Unidos entre 2008 y principios de la década de 2010, el peor colapso financiero desde el crack de Wall Street de 1929.
Ettore Gotti Tedeschi fue coautor de Caritas in Veritate junto con Benedicto XVI. Mediante esta encíclica, Benedicto XVI enfatizó la importancia de definir qué es la economía y cuáles son sus objetivos finales mediante una profunda revisión de los modelos de desarrollo impuestos por la globalización y la digitalización.
Este trabajo fue continuado y reinterpretado por el Papa Francisco, quien además de luchar contra la injusticia económica también se dedicó al estudio de la Inteligencia Artificial.
En 2024, pronunció un discurso en el Foro Intergubernamental del G7 en Italia, donde afirmó que la inteligencia artificial es producto del potencial creativo humano, un don de Dios. Y habló de algoética, la moralidad del algoritmo.
“La prioridad del Papa Francisco en materia de inteligencia artificial es que la tecnología sea entendida por su impacto social, ya que representa una forma de poder que redefine las relaciones entre las personas”, declaró hace unos meses a la revista Wired Paolo Benanti, franciscano, estudioso de Ética de la Tecnología y profesor de la Pontificia Universidad Gregoriana.
El padre Benanti fue considerado el punto de contacto del Papa Francisco para la IA y es el único miembro italiano del Comité de Inteligencia Artificial de las Naciones Unidas, además de presidente de la Comisión de Inteligencia Artificial para la Información del Departamento de Información y Publicaciones de la Presidencia del Consejo de Ministros.
El nuevo papel financiero y doctrinal de Estados Unidos
León XIV es el primer Papa estadounidense en los mil años de historia de la Iglesia.
En la Santa Sede, su elección ha despertado esperanzas de que el nuevo Papa pueda ayudar a arreglar las tensas finanzas del Vaticano atrayendo nuevos flujos de dólares.
El óbolo de San Pedro es históricamente el pulmón financiero de la Iglesia Católica, representando el flujo de dinero de todas las limosnas del mundo.
Tradicionalmente, el cincuenta por ciento del óbolo de San Pedro provenía de Estados Unidos. Según tengo entendido, este óbolo se ha desplomado a aproximadamente el 50 por ciento en la última década. ¿Qué puede hacer Leo? Dedicarse a la reevangelización y a reafirmar las verdades que influyen en el mundo católico. En seis meses equilibrará el presupuesto, afirma Ettore Gotti Tedeschi, quien concluye diciendo que el vicepresidente estadounidense J. D. Vance afirmó esas verdades y expuso sus condiciones en Múnich el pasado febrero: «Reconfirmen los valores y estaremos totalmente de su lado».
El Papa León XIV por el momento parece haber enviado mensajes de cierta sensibilidad social desde el punto de vista económico, y al mismo tiempo más tradicional desde el punto de vista de la presencia estética o simbólica y del contenido de valores doctrinales.
En 2012, Ettore Gotti Tedeschi fue destituido de la presidencia del IOR por presunta violación de las leyes contra el blanqueo de capitales. En 2014, el Tribunal de Primera Instancia de Roma descartó la responsabilidad de Gotti Tedeschi y desestimó el caso. El exbanquero del Vaticano declaró que el incidente judicial estaba relacionado con sus intentos de aumentar la transparencia del Instituto para las Obras de Religión.