El partido Alternativa para Alemania (AfD) presentó una demanda contra el organismo alemán encargado de proteger la Constitución después de que el viernes pasado esta lo calificara de “extremista de derecha”.
Daniel Tapp, portavoz de la colíder de la AfD, Alice Weidel, dijo a la agencia de noticias dpa que se envió una carta con este detalle al tribunal administrativo responsable de Colonia.
La Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV) calificó el viernes a la AfD como una organización de extrema derecha.
“Luego de un examen intensivo durante un período de tres años, concluyó que las posturas racistas y antimusulmanas promovidas por el partido eran incompatibles con el “orden democrático libre” establecido en la constitución del país.
Sus posiciones sobre las personas de origen migrante se basaban en una “comprensión basada en la ascendencia étnica” de la identidad alemana.
Además, el partido pretende “excluir a determinados grupos de la población de la participación igualitaria en la sociedad, someterlos a un trato desigual inconstitucional y, de este modo, otorgarles un estatus jurídicamente devaluado”, según el BfV.
Inmediatamente después del fallo, la AfD lo calificó de “grave golpe a la democracia alemana” y argumentó que el BfV estaba violando la constitución del país.
Los colíderes del partido, Weidel y Tino Chrupalla, dijeron que la AfD “agotaría todos los medios legales para defender el orden básico libre y democrático”.
La oposición ha solicitado previamente la prohibición de AfD, alegando que pretende socavar los valores democráticos. Los servicios de inteligencia nacionales ya han clasificado a facciones del partido, incluida toda su rama juvenil, como extremistas.
La clasificación de todo el partido ha reavivado el debate sobre si debería ser ilegalizado, aunque varios políticos, incluido el canciller socialdemócrata saliente Olaf Scholz, han advertido contra tomar una “decisión apresurada”.
Poco antes de la clasificación, otros partidos políticos debatieron hasta qué punto debería integrarse AfD, el segundo partido más fuerte del Parlamento con 152 escaños, en la toma de decisiones parlamentarias.
El vicelíder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de centroderecha, Jens Spahn, ya había pedido que se tratase a la AfD como “cualquier otro partido de la oposición”.
A la luz de la decisión del BfV, Spahn afirmó que su partido toma la clasificación “en serio”.
La CDU, junto con los socialdemócratas (SPD), que se disponen a formar un nuevo gobierno de coalición el martes, “se coordinarán estrechamente sobre cómo tratar con la AfD en los procedimientos parlamentarios”, añadió Spahn.