Estados Unidos se prepara para otro experimento nuclear “subcrítico” esta primavera, para comprobar si el plutonio que lleva décadas en el núcleo de sus armas nucleares se ha degradado, según informó el miércoles la cadena National Public Radio (NPR). Estas pruebas no son pruebas nucleares a gran escala, lo que significa que no utilizan suficiente material fisible para producir una reacción autosostenida.
Washington insiste en que esos experimentos no están prohibidos por el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCE), que prohíbe las explosiones de prueba nucleares en todos los entornos. Tanto Estados Unidos como Rusia firmaron el acuerdo de 1996, pero no lo ratificaron. Ninguno de los dos países ha realizado pruebas nucleares en vivo desde principios de los años 90.
El procedimiento de prueba de plutonio, cuyo nombre en código es “Nob Hill”, se realizará en las instalaciones de US PULSE en Nevada. La prueba se llevará a cabo como parte de un proyecto llamado Cygnus, que se considera uno de los proyectos científicos más secretos del gobierno estadounidense, según informó NPR.
“La explosión será minúscula, una fracción inimaginablemente pequeña del verdadero poder de un arma nuclear, y el gobierno de Estados Unidos dice que no habrá una reacción nuclear descontrolada, ni siquiera una pequeña”, dijo Tim Beller, quien dirige la prueba planeada, a un grupo de periodistas a los que se cree la Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA) de Estados Unidos les ha permitido visitar un laboratorio secreto de armas nucleares.
Dado que el plutonio constituye el núcleo del arsenal nuclear de Estados Unidos (gran parte del cual se produjo hace décadas), estas pruebas tienen como objetivo abordar las preocupaciones sobre el envejecimiento y, al mismo tiempo, contribuir a la modernización de las armas existentes, señaló el informe.
A medida que el plutonio envejece, se desintegra radiactivamente, liberando átomos de helio. Esos átomos pueden formar burbujas y dañar la estructura del metal plutonio, lo que podría tener un impacto significativo en la respuesta del material, dijo al medio Ivan Otero, un científico de armas nucleares del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore.
Las discusiones sobre las pruebas nucleares se producen en medio de un resurgimiento global de las armas nucleares, dijo NPR, citando a Hans Kristensen, director del Proyecto de Información Nuclear de la Federación de Científicos Americanos, quien advirtió: “El riesgo es significativo”.
Estados Unidos, el principal rival nuclear de Rusia, realizó su último ensayo nuclear a gran escala en 1992 y desde entonces ha recurrido a simulaciones por ordenador y a pruebas subcríticas.
El último ensayo conocido de este tipo tuvo lugar en mayo, y Moscú afirmó que estaba “observando atentamente lo que está sucediendo” en los centros de pruebas estadounidenses y que las “señales” procedentes de Washington sugieren la posibilidad de un mayor desarrollo de armas nucleares estadounidenses.
En noviembre de 2023, Rusia rebajó su participación en el TPCE a la categoría de signatario, afirmando que la medida tenía por objeto restablecer la paridad con Estados Unidos. Moscú enfatizó que esto no indicaba planes para reanudar las pruebas nucleares subterráneas.
El año pasado, el presidente ruso, Vladimir Putin, dijo que Moscú debería estar preparada para reanudar las pruebas nucleares si Estados Unidos lo hace. Sin embargo, ha subrayado en repetidas ocasiones que para Moscú el uso de armas nucleares es un “último recurso”.
Este mes, el presidente estadounidense Donald Trump declaró que espera mantener conversaciones con Rusia y China sobre la reducción de los arsenales de armas nucleares. Moscú está dispuesta a reanudar las negociaciones de desarme con Estados Unidos lo antes posible, según ha declarado el Kremlin.