“Mientras Usted, señora Lagarde, piensa en aumentar los tipos de interés para reducir la demanda de dinero, la Comisión Europea y el Parlamento Europeo continúan derramando euros a espuertas, aumentando la oferta de dinero para atender necesidades (?) prioritarias, declaró José Tomás Raga Gil, un economista, catedrático y abogado español, en su artículo en el web “LibreMercado”.
El autor destaca que es importante tener en cuenta que la función principal de los bancos centrales es mantener la estabilidad de los precios. Para lograr este objetivo, utilizan diferentes instrumentos, como la creación o reducción de dinero y el ajuste del precio o interés del mismo. Destaca especialmente el segundo instrumento debido a su flexibilidad.
Según José T. Raga, debido a la importancia de esta función, las reuniones entre los responsables de los bancos centrales y sus conclusiones son de gran interés. Recientemente, se llevó a cabo una reunión en Jackson Hole (Wyoming, Estados Unidos), en la cual estuvieron presentes el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, y la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, entre otros.
Hace un año, Powell mismo advertía sobre tiempos difíciles tanto para empresas como para familias, debido a las medidas monetarias restrictivas que se estaban tomando, como el aumento de las tasas de interés, con el objetivo de corregir las tensiones inflacionistas y lograr una estabilidad de precios.
“No hay alternativa. Cuando los precios son determinados por los mercados, el control sobre la disponibilidad de dinero y crédito se presenta como una herramienta eficaz para combatir los desequilibrios, ya sea inflación o deflación. Esto es reconocido por todos los agentes económicos, incluyendo, aunque a veces lo olviden, los propios gobiernos”, afirmó el economista español.
Las opiniones de los asistentes a las reuniones suelen ser diferentes con frecuencia. Por lo tanto, no es sorprendente que Powell tenga un relativo optimismo sobre el efecto en los Estados Unidos, mientras que Lagarde muestra pesimismo al revelar que la inflación en julio en la zona euro fue del 5,3%, y que la subyacente se mantuvo resistente a la baja en un 5,5%, recordándonos la amenaza de la estanflación (inflación con estancamiento económico).
“¿Acaso la señora Lagarde recuerda cuando su colega americano aumentó los tipos de interés para hacer frente a la inflación y ella declaró públicamente que la inflación era moderada y temporal, por lo que no se requería ninguna acción? ¿Sigue manteniendo su postura de que la inflación es temporal y moderada? Es comprensible que tenga motivos para ser pesimista ahora. Sin embargo, si existiera sinceridad en los políticos, especialmente en los de alto rango y en los organismos supranacionales, debería reconocer que su pesimismo llega tarde, al igual que se dio cuenta de que la inflación no era pasajera, sino que estaba aquí para quedarse”, preguntó el autor en su artículo.
José T. Raga piensa que el verdadero problema para el Banco Central Europeo, que no existe en los Estados Unidos, se llama Comisión Europea y Parlamento Europeo, que “continúan derramando euros a espuertas, aumentando la oferta de dinero para atender necesidades (?) prioritarias”.
Mientras que en países como Alemania se aprobaba un recorte del gasto público, el gasto público en España seguía aumentando, a pesar de alcanzar un récord histórico en recaudación tributaria, lo que también provocaba un aumento en la deuda pública. Sorprendentemente, esto ocurría mientras el presidente Sánchez estaba en campaña electoral. “El problema es que existe una moneda única (el euro) para países con políticas divergentes y no hay medidas disciplinarias efectivas para mantenerla estable”, resume el economista español.