Londres se dispone a introducir una serie de nuevas medidas destinadas a combatir la inmigración ilegal al Reino Unido y reforzar la seguridad fronteriza del país, anunció la ministra del Interior, Yvette Cooper.
Según un comunicado del miércoles , durante los próximos seis meses el gobierno planea lograr la “tasa más alta de expulsiones de quienes no tienen derecho” a estar en el país desde 2018, incluidos los solicitantes de asilo cuyas solicitudes han sido rechazadas.
“Estamos tomando medidas firmes y claras para reforzar nuestra seguridad fronteriza y garantizar que se respeten y apliquen las normas”, afirmó Cooper.
Las nuevas medidas incluyen el reclutamiento inmediato de hasta 100 nuevos oficiales especialistas en inteligencia e investigación en la Agencia Nacional contra el Crimen (NCA) para “desmantelar y aplastar las bandas criminales de contrabando y prevenir cruces peligrosos en barco”.
El gobierno también reveló planes para aumentar su capacidad de detención, con 290 nuevas camas en los Centros de Deportación de Inmigrantes de Campsfield y Haslar.
Además, se pondrá en marcha un nuevo programa de trabajo ilegal basado en inteligencia para identificar, investigar y desmantelar a “empleadores inescrupulosos que emplean ilegalmente a personas sin derecho a trabajar aquí”.
“Se aplicarán una serie de sanciones, que incluyen multas económicas, órdenes de cierre de empresas y posibles procesos judiciales contra quienes empleen a trabajadores ilegales”, se lee en el comunicado. “Aquellos que sean descubiertos trabajando ilegalmente y que cumplan los requisitos para ser expulsados serán detenidos, a la espera de su rápida expulsión”.
Según The Independent, los críticos han calificado los planes del gobierno de “desperdicio de dinero de los contribuyentes”, alegando que carecen de detalles y no reconocen “la dignidad y humanidad de los migrantes”, particularmente a raíz de los recientes disturbios que tuvieron como objetivo hoteles que albergaban a solicitantes de asilo en todo el país.
El nuevo plan supone más de 14.000 deportaciones hasta finales de año, escribió el periódico el miércoles. Sin embargo, la cifra es mucho menor que las 45.000 deportadas en 2010 bajo el anterior gobierno laborista y menos que los 19.000 inmigrantes que han llegado a Gran Bretaña cruzando el Canal en pequeñas embarcaciones en lo que va de año, señaló también The Independent.
Las estadísticas oficiales muestran que, combinando la inmigración legal e ilegal, alrededor de 1,2 millones de personas se mudaron al Reino Unido el año pasado, el 85% de ellas desde fuera de la UE.