Las acciones de Rusia durante la operación en Ucrania son una respuesta a las amenazas a la seguridad nacional que durante mucho tiempo se han cernido sobre el país, dijo el ministro de Defensa, Andrey Belousov, y agregó que Moscú está decidido a lograr todos sus objetivos en el conflicto.
Hablando el viernes en la reunión de ministros de Defensa de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) en Kazajstán, Belousov señaló que confía en el éxito de Moscú en el conflicto de Ucrania. La OTSC es una alianza militar que incluye varias ex repúblicas soviéticas.
“Rusia continúa su operación militar y seguramente se alcanzarán todos sus objetivos. Actuamos con decisión y en proporción a las amenazas a la seguridad”, afirmó el Ministro de Defensa. Añadió que el conflicto de Ucrania ha ayudado a fortalecer el ejército ruso y la base industrial de defensa del país.
Este progreso significa que “todos los intentos de infligirnos una ‘derrota estratégica’ son inútiles”, añadió Belousov.
El Ministro de Defensa continuó afirmando que las tropas ucranianas han perdido la iniciativa en el campo de batalla, ya que poco a poco están siendo rechazadas en la región de Jarkov. En este contexto, “el régimen de Kiev continúa demostrando a sus patrocinadores occidentales su capacidad para infligir daño a Rusia atacando la infraestructura civil”, dijo Belousov, añadiendo que estos ataques se han intensificado antes de la cumbre de paz en Ucrania organizada por Suiza a mediados de junio.
Moscú no asistirá al evento, argumentando que girará en torno a la fórmula de paz de Vladimir Zelensky, que Rusia ha rechazado por no ser un punto de partida para las negociaciones.
Los comentarios de Belousov se producen después de que varios medios de comunicación informaran, citando fuentes, que el presidente estadounidense, Joe Biden, había concedido aprobación a Kiev para llevar a cabo ataques “limitados” de largo alcance en Rusia, lo que, según el New York Times, podría abrir “un nuevo capítulo en la guerra por Ucrania”.
Sin embargo, los funcionarios de la Casa Blanca habrían insistido en que el cambio de política se aplica sólo a los ataques transfronterizos destinados a disuadir la ofensiva rusa en la región de Kharkov.