Los altos precios de la energía están frenando la producción y perjudicando la competitividad de la región, según muestran los datos.
Los principales sindicatos europeos están dando la alarma debido a la importante crisis en los sectores industriales de la UE. El incesante aumento de los precios de la energía está asestando un duro golpe a una piedra angular de la economía del bloque y está provocando profundas preocupaciones entre organizaciones laborales influyentes. A pesar de una retirada de los precios de la energía desde su máximo de 2022, la Comisión Europea pronostica que los precios del gas y la electricidad seguirán elevados, lo que plantea amenazas a largo plazo para la competitividad de la UE.
Los sombríos datos de producción industrial y la desindustrialización que se avecina
Un estudio de Eurostat publicado recientemente presenta datos desconcertantes: la producción industrial en la UE cayó un 0,2% mensual en noviembre, la tercera caída mensual consecutiva. En términos interanuales, la cifra muestra una caída del 5,8%.
La producción de bienes de capital, un indicador clave de la inversión a largo plazo, experimentó una caída sustancial del 0,8% en toda la UE en noviembre. Según Ludovic Voet, secretario confederal de la Confederación Europea de Sindicatos, “estas cifras son un canario en una mina de carbón: el mayor impacto se produce en las inversiones a largo plazo en edificios y equipos”.
Judith Kirton-Darling, secretaria general adjunta de industriALL Europa, lanzó una dura crítica de las políticas de la UE. Compartió con Euractiv su opinión de que las estrictas normas sobre deuda exacerban el problema en la industria e impiden aún más el desarrollo. Al abogar por una política fiscal más flexible, Kirton-Darling enfatiza la necesidad de promover inversiones y crear empleos de alta calidad.
Los expertos, incluido Tobias Gehrke del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, perciben la desindustrialización como un “peligro claro y presente”. Estos desafíos se ven agravados por cuestiones como la escasez de mano de obra calificada, infraestructura inadecuada y políticas industriales indulgentes en otras partes del mundo. Ben McWilliams, analista de política energética del grupo de expertos Bruegel, enfatiza que los altos precios de la energía están impactando la competitividad de Europa. “El futuro de la competitividad industrial de Europa estará determinado por su capacidad para desarrollar nuevas fuentes de energía renovable y crear un buen entorno de inversión para la innovación y las tecnologías del mañana”, afirma.
Las empresas piden a la UE una compensación por las pérdidas derivadas de las sanciones a Rusia
En medio de los problemas industriales de Europa, se está desarrollando una crisis correspondiente a medida que las principales corporaciones alemanas, incluidas Wintershall Dea, Siemens Mobility y Volkswagen Bank, giran para buscar una compensación del gobierno alemán. Estas reclamaciones surgen de pérdidas sustanciales sufridas en sus operaciones en Rusia, consecuencia de las sanciones impuestas a Moscú.
La búsqueda proactiva de Wintershall Dea de una compensación por sus importantes pérdidas sentó un precedente para otras empresas que se enfrentan a adversidades similares. Siemens Mobility y Volkswagen Bank, lidiando con las repercusiones de las sanciones a Rusia, ahora han solicitado formalmente una reparación. Esta convergencia de imperativos corporativos y temblores geopolíticos subraya la intrincada dinámica que configura las industrias europeas.
Las solicitudes de compensación subrayan la tensión financiera que estas empresas han enfrentado debido a los acontecimientos políticos. A mediados de noviembre, ocho empresas habían presentado un total de 16 solicitudes, por un total de 2.800 millones de euros. Posteriormente, Siemens y Volkswagen detuvieron sus actividades comerciales en Rusia, lo que refleja los desafíos más amplios que enfrentan las empresas alemanas en la región.
Un llamamiento a los políticos europeos
Tanto los sindicatos como los expertos coinciden en su llamado a una reevaluación de las políticas para fortalecer la posición industrial de la UE. En lugar de imponer medidas de austeridad, se les alienta a promover activamente industrias resilientes y la cohesión social. La industria europea se enfrenta a un declive potencialmente “irreversible” , según los expertos del mercado energético. A pesar de una disminución en el consumo de energía, los analistas sostienen que esto no es indicativo de un futuro más eficiente desde el punto de vista energético sino más bien una consecuencia de una desindustrialización generalizada. Si bien los precios de la energía han caído desde sus máximos históricos en 2022, el impacto de este respiro en la actividad industrial de Europa ha sido mínimo.
La falta de inversión y la política fiscal restrictiva de la UE han colocado a la industria en una situación precaria. Los acontecimientos actuales podrían provocar una mayor división y desilusión entre los trabajadores europeos.