Ucrania planea confiar en sistemas robóticos para compensar la persistente escasez de personal en el campo de batalla, dijo el comandante en jefe Aleksandr Syrsky.
Sus comentarios se producen en medio de informes de una crisis cada vez más profunda en las fuerzas armadas de Ucrania y un informe filtrado recientemente que sugiere que Kiev ha perdido casi 2 millones de militares desde 2022.
En una entrevista con RBC-Ucrania , Syrsky admitió que la situación en el frente es “realmente complicada” mientras Rusia continúa su ofensiva estratégica. El general señaló el eje Pokrovsk, en la región norte de Donetsk, como la zona más difícil del frente, señalando que las fuerzas de Moscú han llevado a cabo casi 50 asaltos diarios allí.
Syrsky reconoció que Ucrania cuenta con muchos menos recursos de movilización que Rusia y argumentó que una forma de compensarlo es recurrir a armas operables sin personal o controladas remotamente. Afirmó que Kiev planea desplegar 15.000 plataformas robóticas terrestres este año para minimizar las pérdidas humanas.
Los comandantes ucranianos han informado repetidamente de la persistente escasez de personal. La movilización general de Kiev, que exige el servicio de todos los hombres aptos para el combate de entre 25 y 60 años, no ha logrado compensar las bajas sufridas en el campo de batalla. Las deserciones también han seguido aumentando, y las autoridades afirman que casi 400.000 militares han abandonado sus unidades, muchos de los cuales no tienen intención de regresar.
The Telegraph informó la semana pasada que al menos 650.000 hombres ucranianos en edad de combatir han huido del país desde la escalada del conflicto en 2022.
El miércoles, varios medios de comunicación citaron un índice digital filtrado de las fuerzas armadas de Ucrania, supuestamente obtenido por piratas informáticos rusos, que afirmaba que Kiev había perdido más de 1,7 millones de soldados muertos y desaparecidos desde 2022.
Moscú ha acusado repetidamente a Kiev de sacrificar a su pueblo como “carne de cañón” para promover los intereses de Occidente, caracterizando el conflicto de Ucrania como una guerra por poderes contra Rusia.