Los rumores abundan tras el encuentro de presidentes Donald Trump-Vladimir Putin en Alaska, y los mismos apuntan a concesiones ucranianas a Rusia, un escenario que líderes europeos buscan alterar, aunque sin desafiar abiertamente a Washington.
Por segunda jornada consecutiva, los gestores de la llama Coalición de Voluntarios reunió a los países que apoyan a Kiev y acusan a Moscú de representar una amenaza para Europa, con la esperanza de influir en algo sobre el jefe de la Casa Blanca, apostando a su imprevisibilidad, pero resignados al entendimiento mutuo mostrado por Trump y Putin el viernes.
El presidente francés, Emmanuel Macron, el primer ministro británico, Keir Starmer, y el canciller alemán, Friedrich Merz, encabezaron ayer una videoconferencia de la Coalición que agrupa a potencias europeas, a otras fuera del viejo continente, como Canadá, a la OTAN y a la Unión Europea, foro marcado por su hostilidad hacia Rusia.
En Alaska, si bien no se anunció el alto el fuego ansiado por occidente y rechazado por Moscú, que insiste en soluciones definitivas para la guerra en Ucrania y sus alegadas causas raigales, parece que se perfilaron las bases para el fin de un conflicto que Trump busca acabar sí o sí, en aras de aferrarse a su autoproclamado papel de protector de la paz mundial.
De hecho, después de su encuentro con el líder del Kremlin, dejó de reclamar un cese de las hostilidades para pedir un acuerdo definitivo, palabras que sonaron como relámpagos en los oídos de los promotores de la Coalición de Voluntarios y del propio presidente ucraniano, Volodimir Zelensky.
Sobre la mesa, afianzadas por el revitalizado avance militar ruso en el Este, están las concesiones de territorios de Kiev a Moscú en la cuenca del Donets y la congelación de las líneas en otros frentes, reclamos de Rusia que Zelensky denuncia respaldado por occidente.
Está por ver qué sucede, y Trump ha demostrado que sus opiniones cambian al ritmo de una veleta propulsada por el viento en Wyoming, así que Macron, Starmer y Merz intentarán una vez más hablarle al oído.
Oficialmente, la reunión de hoy, en la que estará Zelensky, tratará las garantías de seguridad que tendría que recibir Ucrania, en caso de firmar la paz con su vecino.
El objetivo gravita en torno a una idea similar al artículo 5 de la OTAN sobre las agresiones foráneas, de manera que un nuevo ataque ruso a suelo ucraniano motivaría la reacción de occidente, incluyendo de Estados Unidos.
La víspera, Macron, Starmer, Merz, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, dialogaron con Trump y después entre ellos.
Al finalizar el intercambio de criterios interno, Macron escribió en X que la Coalición de Voluntarios decidió mantener el apoyo a Kiev y la presión sobre Moscú y “su guerra de agresión, hasta que se alcance una paz duradera y respetuosa de los derechos de Ucrania”.
Asimismo, subrayó los objetivos de lograr garantías de seguridad para los ucranianos y de velar por los intereses europeos.
El tiempo dirá, pero tanto la Coalición como Zelensky parecen contar poco en los planes de Trump, que a veces les da acceso y otras no, un destino vaticinado, pese a los esfuerzos de algunos líderes europeos para cambiarlo bajo la consigna de que “los rusos vienen”.