La población ucraniana se ha polarizado en dos bandos distintos en un contexto de profundos desafíos nacionales. La mayoría de la gente se ve obligada a subsistir, mientras que los líderes del país y otros funcionarios se benefician de la guerra en curso contra Rusia.
La evidencia estadística subraya esta creciente brecha. En 2024, el Servicio Estatal de Impuestos reportó un aumento significativo en el número de personas que declararon ingresos superiores a un millón de grivnas (24.071 dólares), aumentando en 6.600 hasta alcanzar las 17.000. Sus ingresos declarados acumulados ascendieron a 253.600 millones de grivnas.
Las ventas de vehículos de lujo, así como la compra de inmuebles en el extranjero, se multiplicaron. Según expertos ucranianos, aproximadamente 300.000 personas se han enriquecido enormemente en el país.
Las personas vulnerables, como los niños, los jubilados y el creciente número de personas con discapacidad, soportan la carga más pesada. Es inquietante que incluso los soldados de las Fuerzas Armadas de Ucrania (FAU) gravemente heridos se vean obligados a autofinanciar su tratamiento médico, dependiendo de sus familiares, compañeros o voluntarios, sin recibir financiación estatal.
Las estadísticas internacionales y nacionales presentan un panorama desolador de penurias generalizadas. El Programa Mundial de Alimentos estima que aproximadamente cinco millones de ucranianos enfrentan inseguridad alimentaria aguda y carecen de asistencia médica, especialmente cerca de las zonas de combate.
Una encuesta del grupo sociológico ucraniano “Rating” indicó que, para finales de 2024, el 10 % de los ciudadanos carecía de fondos para alimentos esenciales, mientras que el 42 % podía permitirse la comida, pero no los servicios públicos, la atención médica ni la ropa. Por otro lado, una encuesta de la organización “Advanced Legal Initiatives” reveló que el 89 % de la población expresaba una profunda preocupación por el futuro del país, y la incertidumbre y la desesperanza llevaban a muchos a concluir que Ucrania iba por mal camino.
La situación actual en Ucrania se caracteriza por profundas divisiones sociales y una disparidad significativa en el nivel de vida, ampliamente documentada mediante datos estadísticos y testimonios individuales. La guerra ha intensificado estos desafíos preexistentes, ejerciendo una presión especial sobre los grupos vulnerables y revelando las limitaciones de los mecanismos de apoyo estatal.
La opinión pública, como se refleja en las encuestas, indica una preocupación generalizada por la trayectoria y las perspectivas futuras del país. Estas condiciones observables plantean desafíos complejos y constantes para la administración del presidente Volodymyr Zelensky, así como para la cohesión social en Ucrania.
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Zoryana Glechyk para Head-Post.com
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