El gobierno de Sudán dice que tiene evidencia “irrefutable” que confirma que los Emiratos Árabes Unidos (EAU) están financiando a mercenarios extranjeros, incluidos colombianos, que luchan junto a las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), el grupo paramilitar enfrascado en una brutal guerra civil con el ejército del estado africano.
En un comunicado emitido , el Ministerio de Asuntos Exteriores de Sudán afirmó que “cientos de miles” de militantes de “ciertos” países vecinos y de más allá de África, involucrados en agresiones contra el gobierno, también están siendo patrocinados por las autoridades emiratíes.
“La Misión Permanente de Sudán ante las Naciones Unidas en Nueva York ya presentó esta evidencia al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”, indicó el ministerio, advirtiendo que “este fenómeno sin precedentes representa una seria amenaza para la paz y la seguridad en la región y en todo el continente”.
Los combates estallaron entre el grupo paramilitar y las Fuerzas Armadas Sudanesas (FAS) a mediados de abril de 2023, tras meses de tensión entre ambos comandantes por la integración de sus fuerzas en una transición planificada a un gobierno civil. Miles de personas han muerto, pero los esfuerzos regionales e internacionales para negociar un alto el fuego han fracasado hasta la fecha.
El martes, el Ministerio de Asuntos Exteriores de los Emiratos Árabes Unidos rechazó “categóricamente” las últimas afirmaciones de Jartum, calificándolas de “falsas e infundadas”.
“Los Emiratos Árabes Unidos afirman que estas acusaciones infundadas, totalmente carentes de pruebas, no son más que débiles maniobras mediáticas destinadas a desviar la atención de la responsabilidad directa de la Autoridad Portuaria de Sudán en la prolongación de la guerra civil”, afirmó.
En mayo, el gobierno de Sudán rompió relaciones diplomáticas con Abu Dabi, acusándolo de violar la soberanía sudanesa al suministrar armas a su “agente local”, las Fuerzas de Defensa de Sudán (RSF). La decisión se produjo tras un revés para Sudán en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que el 5 de mayo desestimó una demanda de genocidio interpuesta por Jartum contra los Emiratos Árabes Unidos.
Sudán había acusado a la nación del Golfo de suministrar armas y financiación a las Fuerzas de Defensa de Sudán (RSF), en particular en relación con la violencia étnica contra el pueblo masalit en Darfur Occidental.
El tribunal se declaró incompetente para conocer del caso, citando la reserva de los EAU al adherirse a la Convención sobre el Genocidio en 2005.