El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, utilizó hoy los aranceles como instrumento de presión tras firmar una orden ejecutiva que impone una tarifa adicional a Brasil de 40 por ciento, por considerarlo una amenaza para la seguridad nacional.
La medida, que eleva los gravámenes contra la nación sudamericana a 50 por ciento en total y entraría en vigor el 1 de agosto, la tomó bajo el pretexto de que “políticas, prácticas y acciones recientes del gobierno brasileño”, constituyen “una amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional, la política exterior y la economía de Estados Unidos”.
De acuerdo con el decreto, se declara una nueva emergencia nacional, haciendo uso de la autoridad presidencial bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional de 1977 (IEEPA, por sus siglas en inglés).
Los gravámenes abordarían las acciones que -según la Casa Blanca- “perjudican a las empresas estadounidenses, el derecho a la libertad de expresión de los ciudadanos estadounidenses, la política exterior estadounidense y la economía estadounidense”.
Pero el foco de la orden acusa de supuesta “persecución, intimidación, acoso, censura y enjuiciamiento por motivos políticos” del gobierno de ese país contra el expresidente Jair Bolsonaro (2019-2023), todo lo cual califican de “graves abusos contra los derechos humanos que han socavado el Estado de derecho en Brasil”.
A principios de este mes se le envió una carta al presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, sobre el arancel del 50 por ciento y su próxima entrada vigor.
En la misiva, Trump amenazó con la fuerte tarifa si Brasil no ponía fin al juicio del expresidente Bolsonaro -un gran aliado y defensor del republicano- acusado de intentar un frustrado golpe de estado para anular las elecciones de octubre de 2022 e impedir la investidura de Lula, ocurrida el 1 de enero de 2023.
Adicionalmente, el Departamento de Estado también impuso este miércoles más sanciones económicas al magistrado de la Corte Suprema, Alexandre de Moraes, que tiene a cargo el proceso contra el exmandatario brasileño.
En una entrevista concedida a The New York Times, Lula advirtió que su país “nunca negociará como si fuera un país pequeño contra un país grande. Brasil negociará como un país soberano”.
“En la política entre dos Estados, no debe prevalecer la voluntad de ninguno. Siempre debemos encontrar un punto medio. Esto no se logra inflando el pecho y gritando cosas inalcanzables, ni agachando la cabeza y simplemente diciendo ‘amén’ a lo que Estados Unidos quiera”, sentenció.