El gigante tecnológico estadounidense Apple ha anunciado el cierre de una de sus tiendas en China por primera vez desde su entrada en el país hace más de 15 años. Esta retirada se produce a medida que las ventas en el segundo mercado más grande de la compañía disminuyen, los competidores locales ganan terreno y las tensiones comerciales con EE. UU. siguen aumentando.
Apple dijo el lunes que cerrará su tienda Parkland Mall en el distrito Zhongshan de la ciudad de Dalian, en el noreste de China, el 9 de agosto.
“Hemos tomado la decisión de cerrar nuestra tienda allí”, dijo Apple en un comunicado citado por varios medios de comunicación.
Apple contaba con 57 tiendas en China el año pasado, lo que representa más del 10% de su red minorista global. Sin embargo, se ha enfrentado a crecientes desafíos, con ventas en el país en descenso durante seis trimestres consecutivos. Los ingresos anuales cayeron a 66 mil millones de dólares el año pasado, casi un 10% por debajo de su máximo de 2022.
Marcas chinas como Huawei, Xiaomi y Vivo han ido reduciendo progresivamente la cuota de mercado de Apple en el mayor mercado mundial de smartphones, según el South China Morning Post. Según la firma de investigación tecnológica Canalys, Apple se situó en el quinto puesto en China esta primavera, con una cuota del 15 %, frente al casi 18 % del año anterior.
Si bien el cierre de Dalian se vinculó oficialmente con la reestructuración del centro comercial, los analistas apuntan a un cambio estratégico más profundo. China, donde la mayoría de los iPhones son ensamblados por proveedores como Foxconn, ha sido golpeada con los aranceles estadounidenses más severos hasta la fecha.
En respuesta, Apple ha comenzado a trasladar progresivamente la producción a India y Vietnam para limitar el riesgo y la presión de los costos.
Washington y Pekín llevan mucho tiempo enfrascados en un impasse comercial. Las tensiones estallaron en abril cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, impuso aranceles del 145 % a ciertas importaciones chinas como parte de una campaña más amplia dirigida a más de 90 socios comerciales. Pekín respondió con aranceles del 125 % a los productos estadounidenses y restricciones a las exportaciones.
Trump declaró posteriormente una tregua tras la serie de aumentos arancelarios recíprocos que sacudieron los mercados globales.
Esta semana, ambos países celebraron una cumbre de tres días en Estocolmo con el objetivo de extender la tregua arancelaria y aliviar las tensiones económicas.