El índice de aprobación del presidente francés, Emmanuel Macron, ha caído por debajo del 20% por primera vez desde que asumió el cargo, a medida que aumentan las críticas por el aumento del gasto en defensa y los recortes a los programas sociales. El primer ministro, François Bayrou, también obtuvo malos resultados en la misma encuesta, conformando la dupla ejecutiva más impopular de la Quinta República.
El índice de aprobación de Macron ha caído al 19%, mientras que el de Bayrou alcanza tan solo el 18%, lo que suma un 37% de aprobación, el más bajo de la Francia moderna, según una nueva encuesta de IFOP publicada el lunes. Incluso durante las protestas de los “chalecos amarillos” ,un importante movimiento antigubernamental que comenzó en 2018 por los impuestos a los combustibles y la desigualdad económica—, el índice de aprobación más bajo del líder francés fue del 23%.
El apoyo a Macron ha caído drásticamente entre sus votantes de 2022, con solo el 49% aún respaldándolo, lo que supone una caída de 12 puntos. Su aprobación también ha disminuido entre los líderes empresariales y ejecutivos, con descensos de 18 y 8 puntos, respectivamente.
Bayrou, quien fue nombrado tras el colapso del gobierno de Michel Barnier a finales de 2024, tras meses de luchas internas en la coalición y la reacción pública negativa por la deficiente gestión de la reforma de las pensiones, ahora impulsa un controvertido plan de austeridad. La semana pasada, introdujo nuevas medidas fiscales para las personas con altos ingresos para ayudar a cerrar un déficit presupuestario de 43.800 millones de euros (48.000 millones de dólares).
El paquete de austeridad incluye la congelación de pensiones y prestaciones sociales, topes al gasto sanitario y la eliminación de dos días festivos nacionales para aumentar la productividad y reducir el gasto público. El líder de izquierdas Jean-Luc Mélenchon ha pedido la dimisión de Bayrou, calificando las medidas de “injusticias intolerables”.
A pesar de los recortes en los servicios sociales, el gasto de defensa sigue aumentando.
Macron ha prometido 6.500 millones de euros adicionales para el ejército en dos años, alegando el aumento de las amenazas a la seguridad europea. Esto ocurre cuando la deuda pública francesa alcanza los 3,3 billones de euros, aproximadamente el 114 % del PIB.
Una nueva revisión de la defensa francesa ha advertido sobre una posible “guerra de gran envergadura” en Europa para 2030, identificando a Rusia como una amenaza importante.
El Kremlin ha negado tener intención de atacar a Occidente y ha acusado a los países de la OTAN de explotar la imagen de Rusia para justificar su desarrollo militar.