El canciller alemán, Friedrich Merz, dijo que su principal prioridad para este período electoral es sacar a Alemania de la recesión y fortalecer la defensa europea.
El viernes, en la tradicional rueda de prensa de verano de la canciller, el líder alemán criticó duramente a la UE, que, según él, es “demasiado pesada en normas, demasiado burocrática y demasiado lenta” para resolver los problemas de sus ciudadanos.
También destacó que es necesario resolver la cuestión migratoria.
Merz señaló que Alemania está controlando su frontera con Polonia, mientras que Polonia a su vez está reforzando las defensas a lo largo de la frontera con Lituania y acusó a Rusia y Bielorrusia de enviar migrantes a Europa.
Subrayó su estrecha relación con los líderes europeos Emmanuel Macron, Donald Tusk y Keir Starmer y dijo que había estado trabajando intensamente con socios estadounidenses para encontrar soluciones a las políticas comerciales del presidente estadounidense Donald Trump y la situación en Israel y Gaza.
“Queremos intentar ayudar”, dijo Merz, refiriéndose al deterioro de la situación humanitaria en Gaza, y dijo que su gobierno está trabajando para encontrar una manera de hacer llegar la ayuda humanitaria a la Franja.
Merz también destacó que Israel no puede compararse con Rusia, que los dos países son “fundamentalmente diferentes” y dijo que Israel sigue siendo una democracia.
Merz hizo gala de su diplomacia al negarse a criticar la política migratoria de 2015 de Angela Merkel, “Wir schaffen das” (Lo solucionaremos), y dijo que su gobierno está en camino de “corregirla”.
Señaló las 81 deportaciones de ciudadanos afganos a Afganistán llevadas a cabo el viernes por Alemania y dijo que Qatar había desempeñado un papel en facilitar las deportaciones.
“El Gobierno Federal no reconoce al gobierno de facto de los talibanes”, enfatizó Merz en la sesión informativa, y dijo que era poco probable que cambiara su postura.
Los comentarios de Merz del viernes marcaron un cambio de tono respecto del gobierno anterior, ya que intentó lograr un equilibrio entre los ideales socialistas y conservadores dentro de la coalición gobernante.
Alemania se enfrenta al doble reto de volverse más productiva y competitiva, cuestiones que probablemente definirán el liderazgo de Merz durante los próximos cuatro años.