Ese informe especifica que dicho paquete de reformas busca revitalizar el sector financiero, atraer capital extranjero y alentar la inversión entre los consumidores, con el objetivo de consolidar al Reino Unido como principal destino mundial de servicios financieros en 2035.
La ministra de Economía británica, Rachel Reeves, presentó en Leeds (norte de Inglaterra) las denominadas Reformas de Leeds, de las que dijo que son el mayor replanteamiento del marco financiero británico en más de una década.
Señaló que están reformando fundamentalmente el sistema regulatorio para facilitar a las empresas asumir riesgos calculados que impulsen el crecimiento.
El plan contempla desde la reducción de trámites innecesarios que, según el sector, lastran la competitividad británica tras el Brexit (salida de la Unión Europea), hasta la reforma de mecanismos creados a raíz de la crisis crediticia de 2008, como la separación de las actividades bancarias.
Entre las medidas más llamativas está el impulso al ahorro minorista como fuente de capital para las empresas británicas: por primera vez, los bancos podrán avisar a clientes con depósitos en cuentas de bajo interés sobre oportunidades de inversión en productos de mayor rendimiento.
Según estimaciones oficiales, mover dos mil libras (dos mil 300 euros) de una cuenta de ahorro al mercado bursátil podría generar 12 mil libras (13 mil 800 euros) en 20 años, frente a apenas dos mil 700 libras (tres mil 110 euros) si se mantiene el dinero en la cuenta con los intereses actuales.
La Autoridad de Conducta Financiera (FCA) revisará además las advertencias de riesgo emitidas por las entidades para facilitar que los consumidores evalúen las opciones de inversión de manera más precisa.