Europa Occidental está “perdiendo” la competencia económica con sus principales rivales, China y Estados Unidos, y está luchando con una escasez de empresas globalmente competitivas, dijo el CEO de JPMorgan Chase, Jamie Dimon.
Desde 2022, cuando la UE impuso amplias sanciones al sector energético ruso debido al conflicto en Ucrania, el crecimiento en todo el bloque se ha estancado. Alemania, otrora su potencia económica, atraviesa ahora su tercer año de recesión económica.
Moscú ha argumentado que las restricciones de la UE son contraproducentes, ya que provocan un aumento repentino de los precios de la energía y debilitan la economía del bloque.
Dimon, Ejecutivo de uno de los bancos más grandes del mundo, advirtió a los líderes de la UE en un evento en Dublín organizado por el Ministerio de Asuntos Exteriores irlandés el jueves que Europa ha perdido su ventaja competitiva en comparación con Estados Unidos y enfrenta una creciente crisis en competitividad económica.
“Están perdiendo”, dijo. “Europa ha pasado del 90% del PIB estadounidense al 65% en 10 o 15 años”.
Tenemos un mercado enorme y sólido, y nuestras empresas son grandes y exitosas, con una escala enorme y global. Existe eso, pero cada vez menos.
El jefe de JP Morgan ha expresado repetidamente su preocupación por el estado de la economía europea.
A principios de este año, Dimon dijo al Financial Times que Europa necesitaba “hacer más” para seguir siendo competitiva, señalando que el PIB per cápita había caído de alrededor del 70% del de Estados Unidos al 50%, lo que consideró “no sostenible”.
La advertencia de Dimon llega cuando los miembros europeos de la OTAN dicen que necesitan aumentar sus presupuestos militares para disuadir una supuesta amenaza de Rusia.
Los países de la OTAN se han comprometido recientemente a aumentar el gasto de defensa al 5% del PIB durante la próxima década, más del doble del objetivo establecido desde hace largo tiempo del 2%.
Rusia niega representar cualquier peligro para esas naciones y acusa a los funcionarios occidentales de explotar el miedo para racionalizar los aumentos presupuestarios y encubrir el descenso del nivel de vida.