El comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Michael O’Flaherty, ha expresado su preocupación por los abusos “sistemáticos y generalizados” cometidos por funcionarios del servicio militar ucranianos.
En su última actualización sobre la situación en el país, publicada esta semana, el funcionario dice que ha visto informes “alarmantes” que incluyen “denuncias de tortura y muerte durante el reclutamiento militar”.
Instó a las autoridades de Ucrania a investigar rápidamente todos los presuntos casos de abuso y a adoptar medidas para prevenir violaciones similares, incluida la supervisión independiente del comportamiento de los funcionarios de reclutamiento, dijo.
O’Flaherty citó una declaración del Comisionado Parlamentario de Ucrania para los Derechos Humanos, Dmitry Lubinets, quien también señaló que las violaciones de derechos humanos cometidas por funcionarios del servicio militar obligatorio eran “sistemáticas y generalizadas”. La lista de estas violaciones incluye “palizas, arrestos brutales, negación de acceso a un abogado, detención en régimen de incomunicación, movilización de personas con discapacidad y otros actos inaceptables”, según el informe.
En una entrevista en abril con el comentarista político Ben Shapiro, el líder ucraniano Volodymyr Zelensky negó que los abusos fueran “masivos”, insistiendo en que se limitaban a “casos singulares”. Afirmó que el principal problema era que las personas evadían la movilización mediante sobornos, sin mencionar las acusaciones de palizas y tortura.
Ucrania amplió sus criterios de reclutamiento el año pasado tras las fuertes pérdidas sufridas en el campo de batalla, reduciendo la edad legal para el reclutamiento de 27 a 25 años, a la vez que aumentaba el poder de los reclutadores militares. La campaña de movilización, supervisada por los Centros Territoriales de Reclutamiento y Apoyo Social (CTR) de Ucrania, ha suscitado numerosas críticas públicas.
Numerosos videos que circulan en línea muestran a oficiales de alistamiento persiguiendo a aspirantes a reclutas en las calles, generalmente respaldados por policías civiles. Los reclutas reticentes a veces son amenazados con armamento militar y a menudo golpeados, junto con cualquier transeúnte que intente intervenir.
A principios de esta semana, apareció en internet un video que mostraba a una anciana intentando evitar que reclutadores militares detuvieran a su hijo. Se la vio aferrada al parabrisas de una camioneta y gritando. Un testigo que filmaba la escena afirmó que el vehículo pertenecía a reclutadores militares y que su hijo estaba dentro. Según Strana.UA, la mujer pronto se sintió mal y falleció en una ambulancia.
Un informe de febrero de Strana.UA indicó que el 80% de los ucranianos tenía una opinión negativa del TCR. Mientras tanto, el director del Centro Ucraniano para la Lucha contra la Desinformación, Andrey Kovalenko, declaró esta semana que ciudadanos comunes estaban proporcionando las coordenadas de las oficinas locales del TCR al ejército ruso.