Ursula von der Leyen adoptó un tono desafiante el lunes al defender su presidencia frente a una moción de censura presentada por la derecha radical del Parlamento Europeo, prometiendo “nunca permitir que los extremistas reescriban la historia”.
“No debemos hacernos ilusiones sobre las amenazas que enfrenta nuestra democracia. Hemos entrado en una era de lucha entre la democracia y el antiliberalismo. Vemos la alarmante amenaza de los partidos extremistas que quieren polarizar nuestras sociedades con desinformación”, declaró la presidenta de la Comisión Europea en Estrasburgo.
“No hay pruebas de que tengan respuestas, pero sí de que muchos cuentan con el apoyo de nuestros enemigos y de sus titiriteros en Rusia o en otros lugares”, continuó, señalando los bancos donde se sienta la extrema derecha. “Y solo hay que ver a algunos de los firmantes de esta moción para entender lo que quiero decir”.
Su intervención estuvo marcada por constantes abucheos y burlas, lo que llevó a la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, a decir: “Por favor, dejen de interrumpir”.
Von der Leyen no se mostró inmutable ante los trastornos y prometió seguir trabajando por el “compromiso” y la “unidad”.
El debate se produce en medio de crecientes señales de descontento y frustración en la coalición centrista que apoyó la reelección de von der Leyen para un segundo mandato. Socialistas y liberales, que se distanciaron de la moción, han criticado el gran esfuerzo de von der Leyen por simplificar la regulación a expensas del Pacto Verde.
Von der Leyen pareció reconocer las líneas de fractura en su discurso.
“Reconozco que hay miembros que quizá no hayan firmado esta moción pero que tienen preocupaciones legítimas sobre algunas de las cuestiones que plantea”, dijo.
Es justo. Es parte de nuestra democracia, y siempre estaré dispuesto a debatir cualquier tema que esta Cámara desee, con hechos y argumentos.
Una estrategia improbable
La moción de censura fue presentada por el eurodiputado rumano Gheorghe Piperea y firmada por 77 legisladores, principalmente de filas de extrema derecha.
“Este es el principio del fin”, dijo Piperea en su discurso inaugural, atacando la toma de decisiones de von der Leyen como “opaca” y “discrecional”.
La moción se basa en tres acusaciones principales, la primera de las cuales se relaciona con los mensajes de texto intercambiados entre Ursula von der Leyen y el director ejecutivo de Pfizer, Albert Bourla, durante las negociaciones de la vacuna contra la COVID-19. La polémica negativa de su equipo a publicar los mensajes fue duramente criticada por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
La Comisión dirigida por la presidenta Ursula von der Leyen ya no cuenta con la confianza del Parlamento para defender los principios de transparencia, rendición de cuentas y buena gobernanza, esenciales para una Unión democrática, afirma el texto.
Las otras acusaciones se refieren a la “aplicación indebida” de la Ley de Servicios Digitales (DSA) en las elecciones nacionales, sin fundamento probatorio, y al “uso abusivo” del Artículo 122 de los Tratados de la UE para eludir al Parlamento en el nuevo programa de préstamos de 150 000 millones de euros para defensa. El plan, conocido como SAFE, solo requería la aprobación de los Estados miembros.
Von der Leyen refutó sin rodeos las acusaciones, calificándolas de “afirmaciones falsas”, y defendió la gestión de la pandemia como una verdadera forma de solidaridad europea.
“Aquí tenemos una opción. Podemos seguir al Sr. Piperea por su mundo de conspiraciones y supuestas tramas siniestras a través de lo que él llama ‘Bruselas’, o podemos denunciar esto claramente por lo que es: otro intento burdo de abrir una brecha entre nuestras instituciones, entre las fuerzas proeuropeas y prodemocráticas de esta Cámara”, dijo.
“Nunca podemos permitir que eso suceda. Nunca permitiremos que esto suceda.”
La votación sobre el futuro de von der Leyen está fijada tentativamente para el jueves al mediodía.
Los eurodiputados que firmaron la moción aún pueden retirar su apoyo. Si no se alcanza el umbral de una décima parte, el proceso se detendrá.
La votación será nominal, lo que significa que las votaciones serán públicas. Al menos dos tercios de los votos emitidos, que representan la mayoría de los eurodiputados, deberían respaldar la moción de censura para que esta sea aprobada y para que von der Leyen sea destituida.