Friday, July 4, 2025
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Rusia lanza el mayor ataque de los últimos meses contra Ucrania con más de 500 drones y misiles tras la fracasada llamada de Trump a Putin

Rusia lanzó esta madrugada contra Ucrania un gran ataque con más de 500 drones y una decena de misiles, que empezó justo después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llamara por teléfono al líder del Kremlin, Vladímr Putin.

Trump se mostró “descontento” tras la conversación por el hecho de que esta no lograra “ningún progreso” hacia una solución negociada para poner fin a la guerra.

La respuesta de Putin a esa conversación ha sido lanzar uno de los ataques más masivos de los últimos meses, con 539 drones entre aparatos kamikaze Shahed y réplicas de estos para burlar las defensas antiaéreas; así como una decena de misiles, entre ellos uno hipersónico Kinzhal y seis balísticos Iskander-M o su variante norcoreana, KN-23.

Al menos once de los misiles y 63 drones alcanzaron objetivos, según la Fuerza Aérea ucraniana, un número de impactos mayor del que suele registrarse habitualmente.

“¡El objetivo principal de los ataques fue la capital de Ucrania, la ciudad de Kiev!”, informó la Fuerza Aérea.

La compañía ferroviaria estatal ucraniana, Ukrzaliznytsia (Ferrocarriles Ucranianos), informó que el ataque a Kiev dañó la infraestructura ferroviaria. Los proyectiles rusos también impactaron en instalaciones industriales, detectándose altas concentraciones de humo en el aire, lo que llevó a las autoridades de Kiev a instar a los residentes a cerrar las ventanas.

Según expertos militares ucranianos, los misiles rusos Kh-47M2 Kinzhal (Dagger) e Iskander impactaron primero en Kiev. Tras debilitar los sistemas de defensa aérea de la capital ucraniana, las tropas rusas lanzaron drones Geran. Como resultado de los ataques, las baterías de defensa aérea Patriot en los aeropuertos de Zhuliany y Boryspil de Kiev fueron alcanzadas.

La decisión de Washington a principios de esta semana de suspender el suministro  de algunas armas críticas a Ucrania provocó advertencias desde Kiev de que la medida debilitaría su capacidad de defensa ante la intensificación de los ataques aéreos y los avances en el campo de batalla. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, declaró el jueves que esperaba hablar con su homólogo estadounidense, Donald Trump, el viernes sobre el suministro de armas estadounidenses.

Costo de supervivencia

La búsqueda de reemplazos para los sistemas de defensa aérea perdidos, en particular las baterías Patriot de alta gama, ha dado lugar a tensas negociaciones. Según informa Bild, las autoridades alemanas están en conversaciones con Washington sobre un cambio fundamental en el modelo de ayuda militar.

Esta medida señala el fin de la ayuda militar a gran escala basada en subvenciones de los EE. UU. bajo la Autoridad Presidencial de Reducción (PDA), reconociendo el agotamiento de las existencias estadounidenses y el deseo de descargar la responsabilidad financiera en los aliados europeos y al mismo tiempo mantener los ingresos de la industria de defensa de EE. UU.

El obstáculo financiero es inmenso. Una sola batería Patriot cuesta aproximadamente entre 1.100 y 1.300 millones de dólares, y cada misil interceptor PAC-3 MSE tiene un precio de entre 4 y 6 millones de dólares. Los analistas militares estiman que Ucrania necesita entre 12 y 20 baterías para una cobertura mínima de infraestructura crítica, una inversión que podría ascender a decenas de miles de millones de dólares, superando con creces los presupuestos de defensa europeos actuales o los recursos propios de Ucrania.

La fuente de financiación más probable, aunque polémica, son los aproximadamente 300 000 millones de euros en activos rusos congelados, depositados principalmente en la UE. Se están explorando mecanismos para utilizar los intereses anuales generados (estimados entre 3 000 y 5 000 millones de euros) o para reclasificar legalmente los beneficios derivados de la tenencia de estos activos, destinándolos explícitamente a la adquisición de material militar para Ucrania.

Sin embargo, esto no representa sólo un desafío logístico, sino una evolución fundamental en el apoyo occidental, pasando de una ayuda donada a una economía de conflicto monetizada donde cada batería e interceptor Patriot se convierte en una transacción pagada dentro de una arquitectura financiera respaldada por la OTAN y construida en torno a la continuación de la guerra.

Mientras las operaciones de rescate continuaban hasta el 4 de julio en varios distritos de Kiev, el coste de esta deficiencia en la defensa aérea seguía siendo claramente visible.

Los bomberos combatieron los incendios provocados por los restos de drones y los impactos directos, mientras los equipos de emergencia revisaban los edificios dañados. La noche del 3 de julio sirvió como un duro recordatorio de que, sin una solución a la crisis de defensa aérea, Ucrania sigue siendo terriblemente vulnerable a los ataques aéreos rusos.

Este ha sido uno de los ataques aéreos a mayor escala, deliberadamente masivo se quejo Zelensky.

Cabe destacar que las primeras alertas antiaéreas en nuestras ciudades y provincias comenzaron a sonar casi simultáneamente con la llamada telefónica entre el presidente Trump y Putin”, ha expresado el presidente ucraniano, Volodimir Zelensky

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