Al analizar los productos que figuran como en oferta en el sitio web francés de Shein, los investigadores descubrieron que el 57% de los productos no tenían reducción de precio, el 19% tenía un ligero descuento, mientras que el 11% de los productos en realidad tenían un aumento de precio.
Francia impuso el jueves una multa de 40 millones de euros al gigante de la moda rápida Shein, tras una investigación de un año que encontró al minorista en línea culpable de “prácticas comerciales engañosas”.
La Dirección General de Competencia, Consumo y Lucha contra el Fraude (DGCCRF), organismo regulador del derecho del consumo francés, reveló que Shein había engañado a sus clientes sobre las reducciones de precios, así como sobre el alcance de sus “compromisos en materia de reclamaciones medioambientales”.
En su comunicado, la DGCCRF confirmó que Shein, una empresa con sede en China propiedad de Infinite Styles Ecommerce Limited (IELS), había aceptado la multa.
El golpe llega dos meses después de que la Comisión Europea declarara a Shein culpable de participar en prácticas comerciales ilegales según la legislación de la UE en mayo, tras una investigación coordinada con las autoridades nacionales de protección al consumidor.
Al analizar los productos listados como en oferta en el sitio web francés de Shein desde octubre de 2022 hasta agosto de 2023, los investigadores descubrieron que el 57% de los productos no tenían reducción de precio, el 19% tenía un ligero descuento, mientras que el 11% de los productos en realidad tenían un aumento de precio.
“Estas prácticas, con su profusión de precios tachados y promociones permanentes, dan al consumidor la impresión de que está consiguiendo un muy buen trato”, afirmó la Dirección de Competencia, Consumo y Prevención del Fraude.
Según la normativa francesa, el precio de referencia de los productos rebajados es el precio más bajo del producto durante los 30 días anteriores al inicio de una venta.
Además de engañar a los clientes, la agencia francesa antifraude y de competencia descubrió que Shein “no podía justificar las afirmaciones medioambientales realizadas en su sitio web”, describiéndose a sí misma como una “empresa responsable” que limita su impacto ambiental al “reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 25%”.
Las autoridades francesas determinaron que estas declaraciones contradicen el modelo de negocio de la empresa, que se basa “en una abundante oferta de textiles a precios bajos”.
En 2020, se estimó que la moda rápida representó entre el 8 y el 10 % de las emisiones mundiales de CO2.
Aunque Shein puede haber recibido una fuerte multa, en los últimos años la empresa se ha acostumbrado un poco al escrutinio público.
En enero, los políticos británicos se indignaron cuando el minorista en línea se negó a ofrecer garantías de que sus productos no incluían algodón producido en la región china de Xinjiang, que ha sido vinculada al trabajo forzado uigur.
Mientras tanto, una investigación publicada en 2024 por el grupo de defensa suizo Public Eye descubrió que algunos trabajadores de las fábricas de Shein todavía trabajaban 75 horas semanales, a pesar de las promesas de la empresa de mejorar las condiciones de los empleados.