La oposición está intentando utilizar la marcha del Orgullo de Budapest del sábado, que atrajo una participación sin precedentes, para favorecer sus propios intereses políticos.
El primer ministro Viktor Orbán calificó la marcha de “repulsiva y vergonzosa”, afirmando que no fue una iniciativa pública espontánea y, en cambio, acusó a los “políticos títeres” en Bruselas de orquestar el evento.
“Esto demuestra cómo sería la vida si nuestro país no estuviera gobernado por un gobierno nacional que defendiera nuestra soberanía”, advirtió el primer ministro en el grupo de Facebook “Club de los Guerreros”, una organización afín a su partido, el Fidesz.
Añadió que creía que lo mismo ocurriría en el caso de la migración y la guerra de Ucrania.
Ninguna manifestación puede competir con los 3,7 millones de votantes en el referéndum de género de 2022. Es más, han ocurrido cosas repugnantes y vergonzosas. Espectáculos de drag queens, hombres con tacones altos, folletos de terapia hormonal. Esto no es orgullo, es vergüenza, escribió Orbán.
A pesar de la prohibición gubernamental, más de 100.000 personas participaron en la marcha por Budapest.
Los medios progubernamentales lo consideraron un éxito para el primer ministro. El medio local Manidner escribió que el plan maestro de Orbán ha funcionado: La oposición se ha unido al Orgullo, al que, según las encuestas, se opone la mayoría en Hungría.
Sin embargo, Bulcsú Hunyadi, analista de Political Capital, cree que la marcha creó una situación política incómoda para el partido gobernante Fidesz.
“El Fidesz presentó una ley para prohibir el Orgullo, pero se celebró y participó una multitud sin precedentes, expresando su solidaridad no solo con la comunidad LGBTIQ sino también su oposición a que el Fidesz quisiera prohibir un evento”, dijo Hunyadi, y añadió: “El Fidesz preparó esta trampa y cayó en ella”.
Las decenas de miles o cientos de miles de personas que participaron en esta manifestación experimentaron que hay un impacto, que hay una razón para defender o oponerse a las cosas, que se puede mostrar fuerza, y que si el gobierno dice o hace algo, no necesariamente lo hace realidad.
Según el alcalde de Budapest, Gergely Karácsony, Hungría reveló este fin de semana una cara diferente, la de un país de solidaridad, libertad y Europa.
Según Péter Magyar líder del partido Tisza, Orbán logró erigirse como el rey del Orgullo en Europa, ya que “nadie más ha conseguido movilizar a una multitud tan grande para una manifestación contra sí mismo incitando al odio y a la provocación”.
Klára Dobrev, presidenta de la Coalición Democrática, cree que la asistencia masiva es un indicador de que la gente está harta del estilo de gobierno de Orbán.