La producción mundial de cocaína aumentó hasta alcanzar un nuevo récord en 2023, acompañada de un aumento vertiginoso de las incautaciones, un número creciente de consumidores y un aumento de las muertes, según afirmó la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
El jueves, la ONUDD publicó su informe anual, advirtiendo que una “nueva era de inestabilidad global” está empoderando al crimen organizado e impulsando el consumo de drogas a niveles sin precedentes.
El informe concluyó que la cocaína se ha convertido en el mercado de drogas ilícitas de más rápido crecimiento a nivel mundial. La producción ilegal se disparó a unas 3.708 toneladas en 2023, un aumento de casi el 34 % con respecto a 2022, impulsada principalmente por la expansión del cultivo de coca y el aumento de la producción en Colombia.
Se estima que el uso de la droga aumentó a unos 25 millones de personas en 2023, frente a los 17 millones de 2013. El mayor consumo sigue registrándose en América del Norte, Europa occidental y central, y América del Sur, y los datos de aguas residuales muestran fuertes aumentos en las ciudades europeas.
Las incautaciones de cocaína en Europa Occidental y Central superaron a las de América del Norte por quinto año consecutivo. A nivel mundial, entre 2019 y 2023, la cantidad de cocaína incautada aumentó un 68%.
El consumo de drogas sigue siendo un problema grave, con un total de 316 millones de personas que consumían sustancias ilícitas, excluyendo el alcohol y el tabaco, en 2023, según el informe. Esta cifra representa el 6 % de la población mundial de entre 15 y 64 años, en comparación con el 5,2 % en 2013.
Los trastornos por consumo de drogas tienen un gran impacto en la salud mundial, causando casi medio millón de muertes al año y costando 28 millones de años de vida saludable perdidos en todo el mundo. Sin embargo, solo una de cada 12 personas con estos trastornos recibió tratamiento en 2023, según el informe.
Al comentar los hallazgos, la Directora Ejecutiva de la UNODC, Ghada Waly, pidió una mayor inversión en prevención, cooperación transfronteriza y acción judicial para desmantelar las redes delictivas.
El consumo de cocaína provoca euforia y energía, pero se asocia con graves riesgos para la salud, como infartos, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia respiratoria y daño neurológico. Además, es altamente adictiva, lo que a menudo provoca ciclos de consumo excesivo y síndrome de abstinencia grave.