El compromiso de Estados Unidos y de Donald Trump con la OTAN está fuera de toda duda. Con esa idea ha abierto oficialmente la cumbre de La Haya el secretario general de la Alianza Atlántica, Mark Rutte.
“Mi consejo a los aliados europeos es que dejen de darle vueltas al compromiso de EEUU e impulsen sus propios planes de defensa”, expuso, con el gran elefante sobre la mesa como es la ruta hacia el 5% de gasto del PIB en defensa de aquí a 2035; el paso intermedio sería, eso sí, alcanzar un 3,5% en 2029. “Invertir más e invertir mejor” fue el mensaje central, con un llamamiento claro a traducir los compromisos en hechos tangibles.
Algunos países ya están liderando el camino, recordó el dirigente neerlandés en un pequeño dardo a los más rezagados, como España. Suecia, Noruega y Polonia, así como Alemania, han anunciado planes concretos para alcanzar estos objetivos presupuestarios “más pronto que tarde”, mientras que los Estados bálticos en general consideran el aumento del gasto en defensa como una “prioridad absoluta”.
Y en Moscú sigue estando la principal amenaza. “Rusia está preparada, y nosotros tenemos que estar preparados”, afirmó Rutte con firmeza, alertando sobre la creciente brecha industrial: “Rusia ya está en ese proceso; está produciendo en meses lo que la OTAN tarda un año”.
“No puede haber una brecha entre lo que decimos y lo que hacemos”, añadió, en referencia a la credibilidad interna y externa de la Alianza Atlántica, y para eso son necesarias “más tropas y mejor pagadas”, recalcó desde su intervención en La Haya, en la que es su primera cumbre como secretario general de la OTAN y que se celebra además en su ciudad natal.
En este sentido, la necesidad de acelerar la coordinación con la industria fue otro eje de su intervención. “Ahora la industria de defensa sabe que la necesitamos. Tenemos el dinero, estamos terminando los planes y hay que contar con ella”, dijo.
El ex primer ministro neerlandés hizo hincapié además que “estamos en contacto constante con la industria” para definir qué capacidades debe desarrollar cada aliado y asegurar que la cadena de suministro esté alineada con los objetivos de la OTAN y seguir con lo marcado en el concepto estratégico que se aprobó en la cumbre de Madrid en 2022.
Rutte cree que estos mensajes tienen que calar en la población, y no duda del respaldo social al aumento del gasto en defensa. “La mayoría de la gente apoya el aumento del gasto en defensa porque entiende que se trata de defender la democracia”, porque, alertó de nuevo, ahora mismo “no estamos viviendo en la tierra de la felicidad” y por eso considera la ciudadanía percibe los riesgos de forma clara: “Tenemos que estar seguros de que defendemos nuestro estilo de vida”.