Portugal ha anunciado un endurecimiento de sus leyes de inmigración y naturalización, incluyendo la duplicación del período mínimo de residencia legal requerido para que la mayoría de los extranjeros soliciten la ciudadanía a 10 años.
Las personas de países de habla portuguesa, como Brasil y Angola, enfrentarán una espera de siete años para obtener la ciudadanía, mientras que las de otras naciones deberán esperar 10 años.
El ministro del Gabinete, António Leitão Amaro, justificó la medida el lunes citando la “exigencia de una conexión efectiva, de pertenencia a la comunidad nacional”.
“Estamos reforzando significativamente los requisitos para el acceso a la ciudadanía, a la naturalización, de acuerdo con las directrices que ya incluimos en el programa del gobierno”, explicó.
Según la normativa actual, los extranjeros en Portugal deben demostrar un conocimiento adecuado del idioma portugués, no tener condenas previas de más de tres años de prisión y no deben ser considerados una amenaza para la seguridad nacional.
Las nuevas regulaciones significan que dichas personas también deben demostrar familiaridad con la cultura de Portugal, no haber cumplido ninguna condena de prisión efectiva y declarar su apoyo a los principios democráticos del país.
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Otras normas de inmigración, como las que regulan la emisión de permisos de residencia para familiares de inmigrantes legales, también se endurecerán, y habrá una disposición que permitirá despojar de su ciudadanía a los portugueses naturalizados que cometan delitos graves, según Amaro.
En cuanto a la reunificación familiar, los inmigrantes tendrán que residir legalmente en Portugal durante dos años para traer familiares al país, y los miembros de la familia deberán ser menores de edad.
Portugal se ha visto atrapado en la creciente marea europea de populismo, y el partido antiinmigración Chega ganó la segunda mayor cantidad de escaños en las elecciones del mes pasado, lo que lo convirtió en el jefe de la oposición parlamentaria al nuevo gobierno minoritario de centroderecha.
Chega había presionado para que se aplicaran medidas migratorias más duras y había hecho de la reforma de la ciudadanía un pilar clave de su campaña electoral, y se espera que respalde el decreto planeado.
La población de Portugal, de aproximadamente 10,5 millones de habitantes, incluye al menos 1,5 millones de residentes extranjeros legales, según su Agencia de Migración y Asilo (AIMA). Los brasileños constituyen el grupo más numeroso, con más de 450.000 residentes.
Las estadísticas del agregador de datos económicos Pordata muestran que 141.300 personas se naturalizaron en 2023, una disminución del 20% con respecto a 2022. El gobierno dijo en enero que había más de 400.000 solicitudes pendientes.