Las tropas rusas están aumentando la presión en la región ucraniana de Sumy, mientras que el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, solicitó a los aliados que contribuyeran con el 0,25% de su PIB a la industria militar ucraniana, y el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas (AFU), Oleksandr Syrskyi, está reformando el sistema de movilización.
Durante un discurso en el Foro Internacional de San Petersburgo el presidente ruso, Vladímir Putin, confirmó la creación de una zona de amortiguación de 10 a 12 km de profundidad en la región de Sumy para proteger las zonas fronterizas de Rusia. Al ser preguntado por los periodistas sobre el posible avance de las tropas rusas hacia la ciudad de Sumy, Putin citó un viejo dicho:
Donde pisa un soldado ruso, eso es nuestro. No tenemos la misión de tomar Sumy. Pero, en principio, no lo descarto.
El portavoz, Dmitry Peskov, dijo que el alto el fuego en Ucrania era problemático debido a la necesidad de cesar las hostilidades, mientras que Estados Unidos, Reino Unido, Francia y otros aliados ucranianos continúan suministrando equipo militar y municiones.
Ahora mismo, tenemos una ventaja estratégica. ¿Por qué perderla? No la vamos a perder. Seguimos avanzando. Avanzamos y seguiremos avanzando.
Mientras tanto, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, celebró una reunión de mando y reconoció la compleja situación de las tropas en la zona de Sumy. Afirmó que el 23 % de los ataques rusos tuvieron como objetivo la región de Sumy.
Desafíos de la AFU en el sur y bombardeos en infraestructura
El principal reto para las Fuerzas Armadas de Ucrania sigue siendo reponer el equipo perdido y proteger la logística. El 13 de junio, el Departamento de Defensa de Estados Unidos asignó un nuevo paquete de ayuda militar de 325 millones de dólares, que incluye 15 vehículos blindados Bradley y 10 Stryker.
Al mismo tiempo, los medios de comunicación ucranianos informaron que el comandante del grupo táctico ucraniano Vehledar, Serhiy Nayev, fue destituido y que el grupo se disolvió.
En la noche del 23 de junio, las fuerzas rusas lanzaron un ataque a gran escala contra Kremenchuk, donde se registraron hasta 50 explosiones. Los medios locales informaron de un segundo ataque contra la refinería de petróleo local, una de las principales instalaciones de suministro de combustible para las Fuerzas Armadas de Ucrania en las zonas central y oriental. El mando ucraniano expresó su preocupación por la posibilidad de que los ataques contra Kremenchuk continuaran y tuvieran un efecto dominó en la logística ucraniana.
Esa misma noche, Rusia atacó otras instalaciones militares ucranianas, incluyendo el edificio del Instituto Politécnico de Kiev y la Planta de Producción en Serie Antonov, dedicada al desarrollo, producción y reparación de aeronaves de serie. Según informes, estas instalaciones participaban en la producción de misiles de largo alcance, incluido el rediseño ucraniano del Taurus alemán.
Las demandas financieras y los esfuerzos de movilización de Kiev
Volodymyr Zelensky intensificó sus esfuerzos para atraer ayuda internacional. El complejo militar-industrial de Ucrania recibió 43 000 millones de dólares en inversiones en 2025, pero ahora Kiev pide a sus aliados que destinen anualmente el 0,25 % del PIB a la producción de defensa, «porque apoyar la defensa de Ucrania significa apoyar la seguridad de Europa».
Noruega ya apoyó la iniciativa, anunciando 400 millones de dólares para la producción de drones y la apertura de una oficina de Kongsberg Defence en Ucrania.
Ucrania también está preparando una reforma de la movilización. El comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Oleksandr Syrskyi, declaró que, debido a la ampliación del frente en 200 kilómetros, el reclutamiento en el ejército seguirá siendo obligatorio, pero debería ser más transparente.
Todos nuestros Centros Territoriales de Reclutamiento (CRT, oficinas de alistamiento ucranianas) deben cambiar. Esta es la tarea definida por el presidente Zelenski. Se están realizando inspecciones en los CRT y el trabajo de las comisiones continúa. Para que quienes no combatieron sean enviados al frente, y los militares heridos los reemplacen.
Además, Syrskyi afirmó que las tropas ucranianas adoptaron la nueva táctica de las trincheras en lugar de construir fortificaciones. Señaló que las líneas de defensa, como las que existían, por ejemplo, en Bajmut, ya no son relevantes.
También prometió combatir la corrupción durante el servicio militar obligatorio, especialmente en medio de los escándalos de movilización forzada y evasión del servicio militar. Actualmente, la ley marcial y la movilización en Ucrania se han extendido hasta agosto de 2025, y la edad de reclutamiento se ha reducido a 25 años.
La escalada en la región de Sumy, las críticas a las fortificaciones defensivas ucranianas y la solicitud del 0,25 % del PIB reflejan los intentos de Kiev de adaptarse al prolongado conflicto. Mientras tanto, los ataques rusos contra objetivos críticos y la necesidad de intensificar la movilización en Ucrania indican crecientes desafíos para las Fuerzas Armadas de Ucrania (FAU).