La UE e Italia dieron a conocer nuevos acuerdos de inversión con África, promocionando una audaz agenda de desarrollo, pero los grupos de la sociedad civil siguen sin estar convencidos y advierten sobre viejas prioridades en un nuevo envoltorio.
Italia y la Unión Europea han intensificado sus esfuerzos para profundizar los lazos con África, presentando un paquete de acuerdos por valor de 1.200 millones de euros que abarcan infraestructura ferroviaria, conectividad digital y agricultura resiliente al clima.
Creemos que África es el continente donde nuestro futuro está más en juego. Tanto italianos como europeos estamos llamados a marcar la diferencia, y podemos hacerlo», declaró la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, posicionando la cumbre como un punto de inflexión para el largamente promocionado, pero aún no desarrollado, Plan Mattei .
Los acuerdos se anunciaron en un evento de alto nivel organizado conjuntamente por Meloni y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. La iniciativa, lanzada por el gobierno de derecha de Meloni en noviembre de 2023, pretende movilizar al menos 4000 millones de euros en financiación italiana durante los próximos cinco a siete años.
Toma su nombre de Enrico Mattei, fundador y presidente de la petrolera estatal italiana Eni, cuyo enfoque posbélico para las alianzas energéticas en África se definió como democrático, equitativo y no basado en la explotación de los recursos locales. El gobierno de Meloni afirma estar reviviendo esa visión, ofreciendo una alternativa a los modelos de desarrollo extractivos.
La UE replantea la inversión en África
La cumbre del viernes en Roma marcó un intento significativo de alinear el Plan Mattei con la estrategia más amplia de Global Gateway de la UE : la agenda de conectividad y desarrollo de 300 mil millones de euros de Bruselas, con la mitad destinada a África.
Von der Leyen presentó la iniciativa como un contrapunto a la reciente reducción global de la ayuda.
Vemos que otros países del mundo están recortando su financiación. Creemos que esto está mal. Atraer nuevas inversiones a África nos conviene a ambos. Y el evento de hoy demuestra que nuestro enfoque está dando resultados, afirmó.
Entre los acuerdos clave firmados en la cumbre se encuentra el apoyo al Corredor de Lobito, una línea ferroviaria de 830 kilómetros que une Angola y Zambia a través de la República Democrática del Congo, con ampliaciones previstas hasta la costa de Tanzania. La UE destinó casi 1000 millones de euros al proyecto, incluidos 77 millones en subvenciones para Angola.
Otro anuncio destacado fue la expansión del cable submarino Blue Raman, diseñado para conectar la India con Europa a través del Golfo y Yibuti. Von der Leyen reveló que, en colaboración con Italia, el cable se extenderá ahora a Somalia, Kenia y Tanzania.
Meloni también presentó una iniciativa de alivio de la deuda en cooperación con la Comisión Europea, que tiene como objetivo convertir toda la carga de la deuda de los países menos desarrollados del mundo en la próxima década.
“ El plan prevé convertir, en los próximos diez años, toda la carga de la deuda de los países menos desarrollados del mundo y reducir en un 50% la deuda de las naciones de ingresos medios-bajos”, dijo.
¿Vieja lógica, nueva marca?
A pesar de la serie de anuncios, los grupos de la sociedad civil siguen siendo escépticos.
Los críticos señalan la falta de financiación específica y la deficiente coordinación con los socios africanos . Esto fue reconocido abiertamente por el presidente de la Comisión de la Unión Africana, Moussa Faki, quien el año pasado criticó la falta de consulta temprana con los países que se suponía se beneficiarían.
También señalan el desequilibrio percibido en las prioridades del plan. Si bien se presenta como una alianza, el Plan Mattei ha sido visto por muchos como una herramienta para promover los intereses estratégicos italianos ,en particular, la reducción de la migración, la garantía del suministro energético y el fortalecimiento de la seguridad sanitaria,, en lugar de promover un desarrollo verdaderamente compartido.
Grupos ambientalistas y redes de la sociedad civil africana han expresado su preocupación por el hecho de que el plan prioriza los combustibles fósiles, en particular el gas y los biocombustibles, por sobre las energías renovables.
La coalición Don’t Gas Africa, que representa a más de 80 organizaciones africanas, ha denunciado el plan como “ neocolonial ” y excluyente, citando la falta de consulta con las comunidades locales y el fracaso en apoyar una transición energética justa