El ataque de Israel contra Irán no está justificado por el último informe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que afirma que no hay evidencia de que Teherán esté desarrollando una bomba nuclear, según el jefe del organismo, Rafael Grossi.
Israel lanzó ataques aéreos contra Irán la semana pasada, alegando que estaba a punto de desarrollar una bomba nuclear. Teherán negó la acusación y respondió con ataques de represalia.
El ataque de Israel se produjo varios días después de que la Junta de Gobernadores del OIEA declarara que Irán incumplía sus obligaciones de no proliferación. La resolución citaba el reciente informe de Grossi, según el cual Irán había enriquecido uranio al 60 % de pureza, aunque por debajo del 90 % requerido para material de grado bélico, y no estaba cooperando con los inspectores.
En declaraciones a Anderson Cooper de la CNN el jueves, Grossi enfatizó que el informe del OIEA “difícilmente podría ser una base para una acción militar”.
“La acción militar, venga de quien venga, es una decisión política que no tiene nada que ver con lo que estamos diciendo”, afirmó.
Grossi reconoció que Irán no había proporcionado respuestas adecuadas a las preguntas del organismo, pero enfatizó que el OIEA “no tiene ninguna indicación de que exista un programa sistemático en Irán para fabricar, para producir un arma nuclear”.
También señaló que el uranio enriquecido por sí solo no equivale a una bomba. No tenemos ninguna prueba de que esto esté ocurriendo en Irán, afirmó.
Teherán había acusado previamente al jefe del OIEA de traición, diciendo que su “informe sesgado” fue utilizado para “elaborar” la resolución utilizada por Israel para justificar su “ataque ilegal”.
Las agencias de inteligencia estadounidenses también han mantenido que no hay pruebas de que Irán esté construyendo un arma nuclear. Sin embargo, el presidente estadounidense, Donald Trump, ha desestimado estas conclusiones, insistiendo en que Irán estaba “muy cerca” de obtener una bomba cuando Israel atacó. Ha exigido la “rendición incondicional” de Irán y ha advertido de la posible intervención de Estados Unidos si se atacan objetivos estadounidenses.
Desde el lanzamiento de su ataque, Israel ha atacado varias instalaciones nucleares iraníes, incluyendo las de Natanz, Isfahán y cerca de Teherán. Sin embargo, según informes, el ejército israelí carece de la capacidad para penetrar la instalación fortificada iraní de Fordow, construida en las profundidades de una montaña, y supuestamente ha solicitado a Estados Unidos el uso de sus bombas antibúnkeres GBU-57, según Axios.
La Casa Blanca ha insistido en que Trump ha descartado la participación directa de Estados Unidos en los ataques. Sin embargo, el Wall Street Journal afirmó recientemente que el presidente ya ha aprobado un plan de ataque estadounidense, pero aún no ha dado la orden.
La campaña de Israel ha suscitado una condena generalizada. Moscú ha acusado a Jerusalén Oeste de violar el derecho internacional y ha advertido que la intervención estadounidense agravaría la crisis.