Irán lanzó alrededor de 20 misiles balísticos contra Israel la madrugada del jueves, en el séptimo día de conflicto entre los dos países.
Uno de los misiles alcanzó el Centro Médico Soroka en Beersheba, causando un impacto directo, según funcionarios israelíes.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha prometido una respuesta rápida.
“Esta mañana, los ‘tiranos terroristas’ de Irán lanzaron misiles contra el hospital Soroka en Beersheba y contra una población civil en el centro de Israel”, declaró Netanyahu en una publicación en X, advirtiendo que Israel “les cobraría el precio completo a los tiranos de Teherán”.
El bombardeo pareció ser una represalia directa a los ataques israelíes contra la infraestructura nuclear de Irán.
La agencia de noticias estatal iraní, IRNA, confirmó el ataque, pero dijo que los objetivos principales eran centros militares israelíes cerca del hospital, específicamente la sede de inteligencia de las FDI y el campamento de inteligencia del ejército en el Parque Tecnológico de Gav-Yam.
Los funcionarios del hospital dijeron que varias personas resultaron heridas en el ataque y pidieron al público que no acudiera a recibir tratamiento.
Mientras tanto, el ejército israelí emitió una advertencia instando a los civiles iraníes a evacuar la zona circundante al reactor de agua pesada de Arak. La alerta se compartió en redes sociales e incluyó una imagen satelital de la instalación, marcada con un círculo rojo.
La televisión estatal iraní confirmó más tarde que la zona había sido alcanzada, pero informó que “no había ningún peligro de radiación” y que las instalaciones ya habían sido evacuadas antes del ataque.
A pesar de los informes que indican una mayor participación de Estados Unidos en el conflicto, el presidente Donald Trump afirmó que aún no ha decidido si intervendrá militarmente. Los informes sugieren que está considerando un posible apoyo a un ataque israelí contra las instalaciones nucleares de Irán.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, advirtió el miércoles que cualquier intervención militar estadounidense causaría “daños irreparables”.