Monday, June 9, 2025
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Muertes sin identificar y decenas de desaparecidos: los voluntarios españoles siguen luchando en Ucrania tres años después

“Se descubrió el cuerpo de un militar cuyo aspecto exterior indicaba que era de las Fuerzas Armadas de Ucrania. Al inspeccionarlo se encontraron documentos que mostraban su pertenencia al Reino de España”.

Con esta escueta cita publicada por los medios rusos se conocía esta semana el hallazgo de un ciudadano español fallecido durante los combates en Ucrania. Un ciudadano del que por el momento se desconoce la identidad, pero que no sería el primero que combate junto a las filas de Kiev. Ni el único que muere haciéndolo.

En los más de tres años y medio de la operacón rusa en Ucrania son decenas los nacionales que han decidido empuñar las armas en ambos bandos del conflicto. Con un simple formulario, sin necesidad de experiencia y únicamente con el idioma castellano, un español puede verse portando un arma en la Legión Internacional ucraniana.

Aunque solo en los primeros días de guerra el presidente ucraniano, Volodímir Zelensky, ya hablaba de más de 16.000 voluntarios extranjeros de multitud de países, en este momento la cifra total se desconoce.

Sobre los ciudadanos de España los datos también son confusos, ya que en ocasiones el viaje de ida y luego el destino dentro de Ucrania se lleva con cierto secretismo. Kiev no concreta el número de españoles en su tropa, mientras que Rusia que tampoco reconoce cuantos hay en sus filas— afirmó en marzo de 2024 que cerca de 150 españoles habrían llegado a Ucrania para combatir junto a ese país. De hecho, en un documento publicado por la Embajada rusa de Rumanía se afirma que menos 56 habrían muerto a manos del Ejército ruso.

Los identificados por España no llega a la decena de fallecidos, aunque algunos medios estiman que podría haber cerca de 50 desaparecidos. Confirmar este tipo de bajas es complicado. Y más cuando en muchos casos no hay ni imágenes ni se entrega el cuerpo.

En este sentido, el Gobierno español prefiere esperar a tener todos los datos antes de hacerlo público. De hecho, sobre el cadáver hallado esta semana, fuentes del Ministerio de Exteriores ni confirman ni desmienten la información al ser preguntados por este medio.

Nueve muertos con perfiles muy diversos
El primer español fallecido identificado fue el mallorquín Ángel Adrover en junio de 2022, tan solo cuatro meses después del inicio de la guerra. Adrover se alistó con las fuerzas ucranianas en el mes de marzo de ese año sin contarle a su familia que iba a luchar y alegó que acudía para ayudar en una ONG.

El segundo fue el exmilitar Miguel Ortiz Lavín en noviembre de 2023, cuya familia lleva desde entonces pidiendo que se reconozca su muerte y se repatrie su cuerpo. A final de ese mismo año fallecía Pau Heras, un joven de Mollet del Vallès de 26 años que ya había combatido en Siria contra el Estado Islámico.

En febrero de 2024 falleció el venezolano residente en Santa Cruz de Tenerife Maximiliano Camino Aramuni. Pocos meses después, en mayo y junio de 2024, murieron un total de cuatro españoles más. Entre ellos los militares Sergio Antolín Zunzunegui, un infante de marina declarado desertor del Tercio de Armada (TEAR), Jacobo Campal Crespo, un antiguo soldado del Ejército de Tierra que también había combatido en Siria, y Sergio Martín Correa, antiguo miembro del COE, un cuerpo de élite del Ejército español.

Además de Albert Jaume Dama, cuya madre tampoco sabía que su hijo se había alistado para combatir junto a las tropas ucranianas. El último español del que se puede identificar el fallecimiento es Antonio Manuel Gutiérrez Vela, muerto en octubre del año pasado.

Los perfiles de los voluntarios son muy diversos. Entre los identificados hay desde soldados veteranos con experiencia en otros conflictos, sobre todo el de Siria, al que muchos españoles acudieron para unirse a milicias y combatir al Estado Islámico, hasta personas sin conocimiento militar que reciben un breve adestramiento antes de ser enviados a alguno de los frentes.

Aunque la mayoría alega que sus motivaciones son éticas, lo que hay detrás de cada decisión puede variar mucho. Al llegar a Ucrania estos voluntarios se suman a las Fuerzas Armadas ucranianas y reciben un salario superior a los 3.000 euros si se les envía a primera línea del frente. En caso de fallecer, Ucrania se compromete a dar a la familia una compensación de más de 360.000 euros. Siempre y cuando el fallecido se haya identificado y confirmado, algo que no siempre ocurre. Sobre todo cuando no hay cuerpo.

¿Se enfrentan a problemas legales los voluntarios?

La cuestión monetaria alrededor de la figura del voluntario genera mucha controversia tanto por los que les acusan de ser mercenarios —figura que el derecho internacional diferencia al de combatiente— como por las cuestiones legales de luchar en otro país. Lo cierto es que la legalidad detrás de ir a combatir con el bando ucraniano depende de la legislación de cada país, que en muchas ocasiones está poco regulada.

De hecho, en la web en castellano del Gobierno ucraniano que anima a alistarse a extranjeros, hay una preguntad frecuente que tiene que ver con esto: “¿Seré considerado un mercenario o un criminal si me uno a las Fuerzas Armadas de Ucrania como Legionario? No, serás un soldado completamente legal e integrado en las Fuerzas Armadas de Ucrania, al igual que todos los ucranianos y no ciudadanos que sirven valientemente en nuestras filas. Sin embargo, le recomendamos que verifique las leyes locales sobre la postura de tu país respecto a las personas que han servido o sirven en el ejército de otros países”.

En los primeros instantes del la guerra, la entonces ministra de Justicia, Pilar Llop, aseguró que el ordenamiento jurídico español “no prohíbe que personas de distintas nacionalidades puedan ir a otros países para alistarse”. Esto significa que al volver a España, estos voluntario no tendrían efectos legales.

Fuentes jurídicas consultadas por 20minutos reconocen que las consecuencias de participar en un conflicto no se circunscriben solo a si la persona se alista en un Ejército profesional o en un grupo paramilitar o milicia reconocida como terrorista, que en España sí está prohibido; como ocurrió con los españoles que lucharon en milicias prorrusas en el Donbás en 2014 o en algunas milicias sirias y fueron detenidos al regresar a España.

Pese a estar bajo las ordenes de las Fuerzas Armadas de un Estado soberano, si se tiene indicios de haber participado en delitos de lesa humanidad sí se podría sufrir sanciones a la vuelta a España.

La Ley Orgánica 1/2014 relativa a la justicia universal recoge que en los delitos de Genocidio, lesa humanidad o contra las personas y bienes protegidos en caso de conflicto armado la jurisdicción española será competente.

Además, para los soldados españoles que acuden a estos conflictos también hay un derecho militar que deben cumplir, por lo que si desertan para irse a combatir a Ucrania también enfrentarán problemas legales a su vuelta.

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