Bélgica cuenta con 400 cervecerías y produce más de 1.600 tipos de cervezas, y aun así, su consumo de cerveza continúa disminuyendo.
Según un informe anual de la Asociación de Cerveceros Belgas, el consumo de cerveza del país cayó un 2,1% en 2024, aunque el descenso no fue tan pronunciado como el descenso del 6% en 2023.
La caída forma parte de una tendencia descendente en curso, en la que el consumo en el país ha caído casi un 20% en los últimos 10 años.
La asociación cita como causas de la disminución del consumo “la persistente presión sobre el poder adquisitivo, la reducción de la competitividad, los altos costes y un contexto geopolítico inestable”.
También notaron un cambio en los hábitos de bebida y crecientes preocupaciones sobre la salud.
“Los belgas beben menos alcohol en general y, por lo tanto, menos cerveza”.
Pero no se trata sólo de Bélgica, los cerveceros europeos han estado lidiando con un declive a largo plazo a medida que la Unión Europea ha experimentado una disminución en la demanda de cervezas alcohólicas, según revela un informe de Eurostat .
En cambio, las bebidas sin alcohol son cada vez más populares.
“Hace cinco años, había solo una cerveza sin alcohol, ahora hay seis”, dijo el dueño del bar, Waldo Marlier, a los medios locales al hablar de sus propias existencias.
Las bebidas sin alcohol también han experimentado un rápido auge en el Reino Unido, incluyendo tendencias populares como el Enero Seco, que consiste en mantenerse sobrio durante el mes. Se estima que 15,5 millones de personas participaron en él en el Reino Unido en 2025.
Las generaciones más jóvenes, cada vez más conscientes del impacto nocivo del alcohol tanto en la salud física como mental, están cambiando el consumo excesivo de alcohol instaurado por las generaciones anteriores.
Una encuesta reciente publicada en The Times reveló que casi la mitad de los jóvenes de entre 18 y 34 años han dejado de beber alcohol por completo. De igual manera, un estudio de YouGov de 2024 reveló que el 44 % de los británicos de entre 18 y 24 años ahora prefieren alternativas con bajo contenido de alcohol o sin alcohol.
Para muchos, las opciones sin alcohol proporcionan una manera de moderar el consumo, sentirse incluidos y mantener un mejor autocontrol durante las salidas nocturnas.
Los acontecimientos socioeconómicos recientes, como la pandemia de COVID-19 y la actual crisis del costo de vida, han transformado nuestra relación con el alcohol, alentando a las personas a reconsiderar sus costos financieros y personales.