Aldebaran, empresa francesa pionera en el campo de los robots humanoides empáticos a finales de la década de 2000, ha sido declarada en liquidación, según informaron medios locales. La pionera tecnológica se declaró en concurso de acreedores en enero y, posteriormente, en administración de quiebra al mes siguiente.
El lunes, el síndico, junto con el subastador, anunció el cese inmediato de la actividad y la rescisión de los contratos de los 106 empleados restantes de la empresa, según Othman Meslouh, subsecretario del comité social y económico (CSE) de Aldebaran. El Tribunal de Comercio de París dictó sentencia ese mismo día.
.Ahora se espera que el administrador comience a vender los activos rentables de la compañía, incluidas sus patentes, para liquidar las deudas pendientes de Aldebaran, que han superado los 60 millones de euros (68 millones de dólares).
En los últimos meses, dos aspirantes a la adquisición, el empresario franco-suizo Jean-Marie Van Appelghem y el inversor canadiense Malik Bachouchi, presentaron ofertas por la empresa. Sin embargo, la propuesta del primero no contó con el respaldo del administrador judicial ni de la dirección de Aldebaran, mientras que la del segundo fue rechazada por el tribunal, como Bachouchi declaró anteriormente a Le Monde.
De 2012 a 2022, considerado el apogeo de la empresa, fue propiedad del grupo japonés Softbank Robotics. Tiempo después de su adquisición por la empresa alemana United Robotics Group (URG), filial de la fundación RAG-Stiftung, la situación comenzó a deteriorarse, según Meslouh.
Declaró a la AFP que el nuevo propietario “ya no quería invertir en la empresa”. Esta afirmación fue confirmada por otro empleado anónimo citado por Le Monde, quien afirmó que URG “nos pidió ser rentables en dos años”, a pesar de que los ciclos de desarrollo “tardan entre cinco y siete años”. El ingeniero, cuyo nombre no se dio a conocer, también lamentó que el propietario hubiera invertido menos de lo necesario en la investigación y el desarrollo de Aldebarán.
A finales de la década de 2000, la compañía lanzó Nao, su primer robot humanoide, promocionado como un “compañero educativo versátil, ampliamente utilizado en aulas y laboratorios de investigación por su capacidad para enseñar programación, fomentar el aprendizaje social y apoyar proyectos de investigación”.
El modelo fue seguido por Platón, diseñado para entornos sanitarios y hoteleros, y Pepper, capaz de reconocer y responder a las emociones humanas y específicamente diseñado para roles de atención al cliente.
Según el sitio web de la empresa, sus robots se han utilizado en más de 70 países a lo largo de los años. Sin embargo, el número total de unidades vendidas fue de tan solo 30.000, según estimaciones de L’Express.