El gobierno japonés lamentó hoy las medidas arancelarias impuestas por el presidente norteamericano, Donald Trump, tras su reciente anuncio de una nueva subida del impuesto del acero y el aluminio, del 25 al 50 por ciento.
La disposición entrará en vigor el próximo 4 de junio y el portavoz gubernamental de Japón, Yoshimasa Hayashi, aseguró que el Ejecutivo nipón seguirá de cerca los efectos de tal normativa e insistirá en la revisión de todas las medidas.
El ministro de revitalización económica de Japón, Ryosei Akazawa, planea viajar en esta misma semana a Estados Unidos con el propósito de continuar con las negociaciones sobre los aranceles impuestos por el gobierno norteamericano que afectan a este país.
Una delegación del gobierno japonés, liderada por el referido funcionario, se trasladó a Washington en cuatro ocasiones anteriores con el compromiso de exigir la eliminación de dichos aranceles.
Ninguna de las demandas presentadas por Japón en las distintas rondas de negociaciones obtuvo respuesta clara, las partes solo acordaron continuar las pláticas.
De acuerdo con la cadena nipona de medios de prensa NHK, la quinta ronda de negociaciones acontecerá del 5 al 8 de junio.
Trump comenzó a aplicar, desde principios de marzo, un arancel del 25 por ciento a todas las importaciones de acero y aluminio, que en dos días pretende duplicar.
Otro duro golpe a la economía nipona constituyó la puesta en práctica de una tarifa adicional del 25 por ciento a las importaciones de automóviles de compañías de Japón, un sector económico clave que acapara cerca del 30 por ciento de las exportaciones de este país a Estados Unidos.
El mandatario norteamericano anunció tal medida semanas después de decretar un nuevo impuesto del 25 por ciento a los automóviles fabricados fuera de su territorio nacional, por lo que la tasa para los vehículos importados de Japón se sumó a aquel gravamen.
Varios analistas coinciden en que la industria automotriz japonesa se encuentra contra las cuerdas.
Además, la decisión de imponer un impuesto del 24 por ciento a las importaciones de Japón es vista como un golpe bajo a la economía de esta nación asiática, muy dependiente de sus exportaciones a Estados Unidos y con un gran número de compañías invirtiendo en ese país.
Previo a la entrada en vigor de tal medida, a principios de abril, Trump decidió poner estos gravámenes de Japón, y los de una decena de países, en pausa temporal, hasta principios de julio.
Mientras tanto, el impuesto aduanero se redujo al 10 por ciento universal decretado por la Casa Blanca; sin embargo, las otras tarifas se mantuvieron firmes y continúan sacudiendo a la economía japonesa.
Al decir del primer ministro nipón, Shigeru Ishiba, las medidas arancelarias de Estados Unidos nunca serán apropiadas para fortalecer su industria nacional.
Según el máximo dirigente de este territorio asiático, Japón ha sido el mayor inversor del mundo en Estados Unidos y ha creado allí más empleos que cualquier otro país.