El nuevo gobierno de Bulgaria, formado el mes pasado, ha hecho de la adhesión a la eurozona una prioridad clave. Los partidos de la oposición exigen la celebración de un referéndum.
Miles de personas salieron a las calles en Bulgaria el sábado para pedir al gobierno que preserve la moneda del país, el lev búlgaro, y no entre en la zona euro.
En la capital, Sofía, y en varias otras ciudades, las manifestaciones contra la introducción del euro comenzaron alrededor del mediodía. Las protestas fueron organizadas por el ultranacionalista Partido del Renacimiento y varias ONG.
Consideran que si Bulgaria entra en la eurozona los precios subirán y la soberanía económica del país será limitada, y quieren que se celebre un referéndum sobre el tema.
“Renacimiento de Bulgaria cuenta con la voluntad popular, y esta voluntad popular ahora se expresa categóricamente: no queremos que se destruya el lev búlgaro, queremos preservar la moneda búlgara, queremos preservar la libertad de Bulgaria. Y por eso queremos que se celebre dicho referéndum”, declaró el líder del partido Renacimiento, Kostadin Kostadinov
El presidente de Bulgaria, Rumen Radev, presentó recientemente una solicitud al Parlamento para celebrar un referéndum sobre si el país adopta el euro como moneda.
En 2024, el Banco Central Europeo dijo que el país aún no podía unirse a la unión monetaria porque la inflación en el país era demasiado alta.
Los siete miembros de la UE que no pertenecen a la eurozona son Bulgaria, la República Checa, Dinamarca, Hungría, Polonia, Rumanía y Suecia. Continúan utilizando sus monedas nacionales, aunque todos, salvo Dinamarca que ha obtenido una cláusula de exclusión voluntaria, están obligados a adherirse una vez que cumplan los criterios de convergencia al euro.
Bulgaria se ha fijado el objetivo de unirse a la zona del euro a partir de 2026.