Hemos recorrido un largo camino desde los días de mascarillas y confinamientos durante la pandemia de COVID-19 , aunque las pérdidas sufridas por millones de familias todavía pueden ser recientes.
Aunque la calma ha regresado a las calles y hogares del mundo, un nuevo estudio publicado en la revista NPJ Viruses advierte de un peligroso aumento de casos de fiebre amarilla , y que esto podría ser un problema grave.
Según la OPS y la OMS, los casos de fiebre amarilla están aumentando en diferentes países debido, en teoría, al crecimiento poblacional y al incremento del turismo. Es una enfermedad que se puede contraer a través de la picadura de mosquitos , y su propagación podría desencadenar una crisis sanitaria mundial peor que la del coronavirus. Los científicos que lideran esta investigación han advertido sobre los riesgos que supone esta infección.
“Una pandemia de fiebre amarilla en el mundo actual causaría una devastadora crisis de salud pública que, debido a su letalidad mucho mayor, haría que la pandemia de COVID-19 palideciera en comparación”, señalan los autores del estudio, haciendo una afirmación verdaderamente aterradora dado que la COVID-19 ha matado a más de siete millones de personas hasta la fecha.
“A diferencia de otras enfermedades transmitidas por mosquitos, los humanos infectados con el virus de la fiebre amarilla presentan una alta viremia y amplifican eficazmente a los huéspedes, lo que permite la transmisión de persona a persona mediada por mosquitos”, añaden.
La fiebre amarilla, o vómito negro, es una enfermedad viral infecciosa aguda. Sus síntomas incluyen fiebre, escalofríos, pérdida de apetito, náuseas, dolores musculares y dolor de cabeza. Aunque la mayoría de los casos mejoran, en aproximadamente el 15% de los casos , la fiebre regresa después de un día de mejoría, se presenta dolor abdominal y comienza el daño hepático, causando ictericia.
La enfermedad es causada por el virus de la fiebre amarilla, cuyo principal vector en las ciudades es el mosquito Aedes aegypti, presente en las zonas tropicales y subtropicales.
Se trata de una infección particularmente peligrosa en humanos y primates, por lo que las autoridades sanitarias están realmente alarmadas por la situación, aunque no se han publicado cifras oficiales. Claramente, la principal prevención es la vacunación o evitar visitar países donde se pueda contraer la enfermedad.