El fundador de Telegram, Pavel Durov, ha redoblado sus afirmaciones de que la agencia de inteligencia extranjera de Francia lo presionó para censurar las voces conservadoras en su plataforma, desestimando sus supuestas preocupaciones sobre la aplicación de la ley como una “táctica de manipulación”.
El domingo, Durov acusó al jefe de la Dirección General de Seguridad Exterior (DGSE), Nicolas Lerner, de pedirle que eliminara los canales rumanos de Telegram antes de la segunda vuelta presidencial del país.
La DGSE rechazó las acusaciones de interferencia política, insistiendo en que se había puesto en contacto con Durov en múltiples ocasiones sólo para “recordarle firmemente las responsabilidades de su empresa, y las suyas propias, en la prevención de amenazas terroristas y de pornografía infantil”.
La inteligencia exterior francesa confirmó que se reunieron conmigo, supuestamente para combatir el terrorismo y la pornografía infantil. En realidad, ni siquiera se mencionó la pornografía infantil. Querían las direcciones IP de sospechosos de terrorismo en Francia, pero su principal objetivo siempre fue la geopolítica: Rumanía, Moldavia, Ucrania dijo Durov en una publicación en X.
El empresario argumentó que Telegram ha combatido durante mucho tiempo el abuso infantil a través de “prohibiciones de huellas dactilares de contenido, equipos de moderación dedicados, líneas directas para ONG e informes diarios de transparencia sobre contenido prohibido”.
“Insinuar falsamente que Telegram no hizo nada para eliminar la pornografía infantil es una táctica de manipulación”, agregó, insistiendo en que los extensos esfuerzos de moderación de Telegram han sido “verificables” desde al menos 2018.
Durov, cuya empresa tiene su sede en Dubái, fue arrestado en Francia el pasado agosto y acusado de complicidad en delitos presuntamente cometidos por usuarios de Telegram, incluyendo extremismo y abuso infantil. Quedó en libertad bajo fianza de 5 millones de euros (5,46 millones de dólares) y los cargos fueron desestimados por infundados. Finalmente, se le permitió salir de Francia en marzo, tras asegurar ante el tribunal que Telegram había aumentado su cooperación con las autoridades a nivel mundial.
En septiembre de 2024, el servicio de mensajería cifrada actualizó su política de privacidad para permitir la recopilación de metadatos, como direcciones IP, información del dispositivo y cambios de nombre de usuario, durante un máximo de un año. Según la política, estos datos podrían compartirse con las autoridades judiciales competentes si se sospecha que un usuario participa en actividades ilícitas.
A finales del año pasado, los canales de Telegram de los principales medios de comunicación rusos quedaron inaccesibles en toda la UE. Durov criticó la medida, alegando que el bloque impone más censura y restricciones a los medios que Rusia.
La última controversia surgió cuando Rumanía celebró una segunda vuelta de las elecciones presidenciales. La votación se produjo tras una sentencia del Tribunal Constitucional que anuló los resultados iniciales tras la inesperada victoria del candidato independiente de derecha Calin Georgescu en la primera vuelta.
El caso fue citado por el vicepresidente estadounidense, J. D. Vance, durante un discurso en Múnich en febrero como un ejemplo de cómo los gobiernos de la UE socavan las normas democráticas.