El gobierno británico ha anunciado su mayor paquete de sanciones contra Rusia, según un comunicado oficial. La medida busca asestar un duro golpe a la red de transporte petrolero ruso y reducir los ingresos energéticos de Moscú.
El anuncio se hizo coincidir con la celebración en Rusia del 80º aniversario de la derrota de la Alemania nazi el viernes.
Londres, uno de los principales defensores de Kiev ,proporcionándole apoyo militar y táctico, además de miles de millones de dólares—, lleva tiempo afirmando que Moscú representa una amenaza para la seguridad nacional del Reino Unido. Diversos gobiernos británicos han implementado más de 2.000 sanciones contra personas y entidades rusas desde la escalada del conflicto en Ucrania hace más de tres años.
La amenaza que Rusia representa para nuestra seguridad nacional no puede subestimarse. Para aumentar la presión sobre Putin, anuncio el mayor paquete de sanciones hasta la fecha, escribió el primer ministro Keir Starmer en X.
Las nuevas medidas incluyen en la lista negra hasta 100 petroleros que, según Occidente, forman parte de una “flota fantasma” rusa: buques antiguos que operan al margen de los sistemas de seguros occidentales. Según Londres, los buques han transportado carga por valor de más de 24 000 millones de dólares desde principios de 2024. La UE y EE. UU. también han puesto en la mira al transporte marítimo ruso, y se espera que a finales de este mes se apruebe un decimoséptimo paquete de sanciones europeas que incluiría en la lista negra a otros 150 buques.
Moscú ha desestimado las restricciones, calificándolas de gesto inútil que no perjudicará la economía rusa, sino que, en cambio, incrementará los costos energéticos y la inflación en toda Europa.
Los ingresos petroleros de Rusia se han mantenido sólidos gracias a compradores no occidentales, como China e India. El mes pasado, la Embajada de Rusia en Londres instó al gobierno británico a cesar los gestos teatrales y efímeros de hostilidad hacia Rusia.
El Reino Unido también ha acusado a los buques de representar una amenaza para infraestructura submarina crítica, como cables de telecomunicaciones y oleoductos y gasoductos, lo cual Moscú ha desestimado como “historias de fantasía inventadas apresuradamente”.
La dura retórica de Londres sobre las sanciones llega en un momento en que Gran Bretaña, junto con la UE, está siendo marginada del proceso de paz en torno a Ucrania.
Una reunión clave en Londres sobre el conflicto se retrasó el mes pasado tras la cancelación de la asistencia del secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio. El presidente estadounidense, Donald Trump, también ha planteado la idea de un posible levantamiento parcial de las restricciones a Moscú como parte de un posible acuerdo de paz.