El primer ministro francés, François Bayrou, ha lanzado la idea de celebrar un referéndum sobre el presupuesto de Francia para 2026 para reducir drásticamente el grave déficit público del país.
Bayrou dijo en una entrevista al Journal du Dimanche que la gravedad de la situación significaba que era necesaria la aprobación expresa de los franceses.
“Creo que el asunto es lo suficientemente grave, con consecuencias de gran alcance para el futuro del país, como para plantearlo directamente a la ciudadanía”, dijo. “No descarto ninguna posibilidad”.
“Quiero presentar un plan integral. Exigirá el esfuerzo de todos y, dada su magnitud, no podrá prosperar sin el apoyo del pueblo francés”, añadió.
“Sin esa aprobación, no tendrá éxito”.
El gobierno francés espera reducir su presupuesto para 2026 en 40 000 millones de euros, principalmente mediante la reducción del gasto público en lugar de la introducción de nuevos impuestos. Espera que esto ayude a situar el déficit público francés por debajo del 3 % de su PIB, de acuerdo con las normas fiscales europeas.
Los partidos de oposición ya han amenazado con presentar una moción de censura contra el gobierno de Bayrou por los posibles planes presupuestarios del año próximo, en un contexto de primeros ministros sucesivos que han afrontado serias reacciones negativas y enojo por sus propios presupuestos en los últimos años.
Políticos de todo el espectro político han expresado su desdén por el hipotético referéndum de Bayrou.
Laurent Wauquiez, del partido de derecha Les Républicains, acusó al primer ministro de “procrastinar”, mientras que Eric Coquerel, diputado del partido de izquierda La France Insoumise, calificó el plan de “idea técnicamente absurda y políticamente cuestionable”.
“El ejecutivo ya no puede eludir la representación nacional”, añadió.
¿Es viable que Bayrou celebre un referéndum sobre las finanzas de Francia?
El artículo 11 de la Constitución francesa establece que sólo el presidente puede convocar un referéndum sobre leyes relacionadas con la economía, la política social y los servicios públicos si así lo sugiere el gobierno o ambas cámaras del parlamento.
Así que, técnicamente, no es algo que el primer ministro pueda hacer por sí mismo.
Bayrou lo sabe, como declaró al Journal du Dimanche: “El gobierno propone, el presidente decide”.
“Pero la cuestión clave es si los franceses apoyan las reformas”, añadió. “Tenemos ante nosotros una cuestión de enorme importancia, que no es solo para tecnócratas y expertos, sino que debe ser analizada por cada ciudadano”.
Una fuente cercana al presidente Emmanuel Macron habría dicho a AFP que no puede tomar una decisión sobre si convocar un referéndum hasta que haya un plan completo sobre la mesa.
“El primer ministro menciona un plan de reformas y ahorro, y es difícil decir nada hasta que se presente ese plan”, según la fuente.
Sin embargo, Macron tiene previsto aparecer en TF1 el 13 de mayo, y los medios franceses especulan que podría anunciar algún tipo de referéndum.
El presidente francés ya había insinuado que podría convocar un referéndum este año durante su tradicional discurso de Nochevieja el 31 de diciembre, en el que dijo que pediría a los ciudadanos que decidieran sobre temas “decisivos”, sin especificar cuáles.
Tras la disputa presupuestaria de 2025
El plan de Bayrou se convertiría en el primer referéndum importante de Francia desde 2005, cuando los franceses votaron en contra de ratificar la Constitución Europea.
Sin embargo, el artículo 47 de la Constitución también establece explícitamente el proceso de adopción del presupuesto de Francia.
En concreto, dice que tanto la Asamblea Nacional como el Senado deben examinar y votar el proyecto de ley de finanzas dentro de un plazo estricto, normalmente de 70 días.
Si no se cumple este plazo, el gobierno puede imponer el presupuesto utilizando sus controvertidos poderes del Artículo 49.3.
Bayrou utilizó estos poderes en febrero para sacar adelante su presupuesto 2025, que pretende reducir el déficit público al 5,4% este año, sobreviviendo a dos mociones de censura en el proceso.
Esto ocurrió después de que su predecesor, Michel Barnier, también utilizara el artículo 49.3 para eludir al Parlamento cuando intentó ratificar su presupuesto de recortes de gastos en diciembre, aunque no tuvo tanta suerte como Bayrou y su gobierno fue derrocado.
Como el procedimiento presupuestario está consagrado en la Constitución, cualquier intento de celebrar un referéndum sobre el mismo probablemente se enfrentaría a impugnaciones legales.