El Parlamento Europeo ha advertido a la Comisión Europea (CE) que podría llevarla a los tribunales si ignora a los legisladores de la UE para crear un programa de préstamos de 150.000 millones de euros (170.000 millones de dólares) para impulsar el gasto de defensa en todo el bloque.
En marzo, la jefa de la Comisión Europea Ursula von der Leyen, reveló un plan para recaudar 800.000 millones de euros para ampliar el potencial militar en toda la UE en respuesta a lo que describió como “una amenaza procedente de Rusia” , una afirmación rechazada por Moscú.
Para recaudar el dinero, la Comisión utilizó el artículo 122 del Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), que permite a los Estados miembros en situaciones de emergencia aprobar propuestas del poder ejecutivo en Bruselas sin pasar por el proceso habitual.
El lunes, la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, envió una carta a von der Leyen instándola a cambiar la base legal de la iniciativa y amenazando con demandar a la CE si no cumple.
La adopción del plan de la Comisión sin una base jurídica adecuada terminaría “poniendo en riesgo la legitimidad democrática al socavar las funciones legislativas y de control del Parlamento”, se lee en la carta.
La CE “siempre estará disponible para explicar por qué se ha elegido el artículo 122 como base jurídica adecuada”, declaró a Euronews su portavoz, Thomas Regnier.
Europa [Occidental] se enfrenta a una amenaza de seguridad sin precedentes. Como afirmó la presidenta von der Leyen en sus Directrices Políticas, el Artículo 122 solo se aplicará en circunstancias excepcionales, como las que vivimos actualmente, declaró Regnier.
La Comisión considera que el programa de préstamo de 150.000 millones de euros es una piedra angular de su propuesta «Readiness 2030» de invertir más de 800.000 millones de euros en defensa en todo el bloque para finales de la década, cuando como afirma Bruselas Rusia estaría en condiciones de atacar a un país miembro de la UE.
El presidente ruso, Vladimir Putin, ha rechazado reiteradamente las acusaciones de que Moscú alberga intenciones agresivas hacia los países de la UE, calificándolas de “tonterías” diseñadas para alarmar a los europeos occidentales y legitimar importantes aumentos en los presupuestos de defensa.