La agencia de inteligencia interior de Alemania, la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV), ha dicho que dejará temporalmente de referirse al partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) como una organización extremista.
Así lo ha declarado un tribunal de la ciudad occidental de Colonia, que ha indicado que el BfV se abstendrá de utilizar dicha denominación hasta que se resuelva el litigio.
La Oficina Federal para la Protección de la Constitución declaró hoy en el procedimiento judicial, sin reconocer ninguna obligación legal, que suspenderá provisionalmente la clasificación de la AfD como ‘movimiento de extrema derecha reconocido’ hasta que el tribunal se pronuncie sobre la solicitud urgente, según un comunicado del tribunal.
Esto significa que el BfV ya no utilizará públicamente la clasificación de grupo extremista hasta el final del proceso.
La decisión también significa que el BfV tiene menos opciones legales para monitorear a la AfD.
La designación extremista dio a los servicios de seguridad mayores poderes para vigilar a la AfD, incluido el reclutamiento de informantes y la opción legal de interceptar las comunicaciones del partido.
AfD considera la decisión un éxito parcial
En una declaración, también publicada en X, los líderes del partido Alice Weidel y Tino Chrupalla calificaron el anuncio de “éxito parcial”.
“Nos defendemos con todos los medios legales contra la reforma de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución”, dijeron.
Weidel y Chrupalla también calificaron la suspensión de la categorización como “un primer paso importante hacia nuestra exoneración real”.
La AfD presentó una demanda contra el BfV el 5 de mayo, tres días después de que se le calificara de “extremista de derecha”.
Daniel Tapp, portavoz de la colíder de la AfD, Alice Weidel, dijo a la agencia de noticias dpa que se había enviado una carta al tribunal administrativo responsable de Colonia.
El BfV llegó a la conclusión, “tras un examen intensivo” durante un período de tres años, de que las posiciones racistas y antimusulmanas promovidas por el partido eran incompatibles con el “orden democrático libre” establecido en la Constitución del país.
Además de la apelación inicial, la AfD también solicitó una orden de suspensión.
Esto habría permitido al tribunal suspender temporalmente la categorización como “definitivamente extremista de derecha”.
Sin esta orden de suspensión, argumentó la AfD, se produciría un “daño irreparable” para el partido y para el proceso democrático de toma de decisiones.
El partido también calificó la categorización como un “ataque a la democracia”.